Los mercados financieros

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Economía

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UNA VISION ELEMENTAL DE LOS MERCADOS FINANCIEROS

Por Alberto Vázquez Bragado

 

En un mundo donde estamos bombardeados por noticias de todo tipo por los medios de comunicación, como TVs, Radio, Diarios, etc. ¿quién no ha oído hablar de marcados financieros, aunque solo sea parcialmente? Como por ejemplo las cotizaciones del IBEX 35 o del DAX alemán, hablar de la subida o bajada del dólar o del euro o de que cierto país tiene una tasa de endeudamiento del 100%. Escuchar en las noticias que el PIB (producto interior bruto) de cierto país ha subido o bajado en el último trimestre, que los EE UU suben la tasa de interés o que en Italia no para de subir la prima de riesgo. Por ello y a sabiendas de que la mayoría entiende las diferentes nomenclaturas y jerga del mundo financiero, me voy a centrar en explicar como funciona el puzle, en vez de como lo hacen las piezas por separado.

Empezaré por afirmar que la economía y las finanzas están muy cerca una de la otra y suelen complementarse. Para simplificar pongamos el caso de una empresa, que para el caso es muy parecida a un estado o a una institución. Algunos hemos visto balances de una compañía en quiebra técnica o suspensión de pagos y sin embargo económicamente era solvente y viable. ¿Por qué sucedía? Sencillamente por el hecho de que la parte financiera de la misma no le permitía pagar a tiempo a sus proveedores, a los trabajadores o los intereses bancarios de su crédito. También hemos visto el caso contrario: un balance con gran liquidez capaz de pagar todas sus deudas a corto plazo, pero inviable a largo, pues sus ventas no paran de bajar y su estructura se come la tesorería. Naturalmente que los dos casos son malos, pero si tuviéramos que elegir, sin duda diríamos que el primer caso es el peor, pues, como dijo el sabio: “el tiempo es oro” y por lo menos en caso de que el problema fuera solo de ventas, siempre podríamos tener tiempo para potenciar nuestro departamento de ventas o cambiar de producto. A partir de aquí no será mi intención definir formalmente lo que son los mercados y el funcionamiento dogmático de sus instrumentos, que son muchos. Lo que si diré es que los mercados financieros o mejor el Mercado Financiero es un mecanismo a través del cual se pueden realizar transacciones de activos financieros y monetarios de todo tipo y clase, que pueden ser comprados o vendidos al instante, o sea, con un simple clic en nuestro ordenador, por lo que no necesita espacio donde realizarlo, ya sea virtual o físico.

En tal caso, ya tenemos enfocado el camino para entender, aunque sea de una manera intuitiva, que ese mercado es enorme, como enorme es el número y volumen de las transacciones. No en vano, interactúan la mayoría de estados del mundo, que aceptan la libertad del mercado, con todas las emisiones de su deuda, con las cotizaciones de las acciones de sus empresas, de los bonos de las mismas, materias primas, divisas, fondos de inversión, renta fija e índices como el IBEX 35, DAX alemán, DOW 30 americano, el S&P 500 americano o el NIKKEI 225 japonés.

Captura de pantalla 2019-02-26 a las 11.25.30A nadie se le pasa que, todas las operaciones se efectúan con los instrumentos o valores señalados anteriormente, con la esperanza de que aumenten su precio y puedan valer más que en el momento de la compra, al cabo de un tiempo. O lo que es lo mismo: se trata de comprar barato, para vender caro y obtener una plusvalía o mantener los títulos para luego cobrar los dividendos generados, si les parece oportuno o las perspectivas del mercado son positivas; puesto que, si son negativas o no hemos seleccionado bien el producto, podemos tener un activo que ha perdido valor y si lo vendemos, obtendremos una pérdida o minusvalía. De lo anterior surge un hecho contrastado o si quieren un principio que afirma: los mercados financieros, a corto plazo, pueden ser irracionales pues tienden a exagerar los datos y las noticias, ya sean positivas y negativas y, como consecuencia la confianza o desconfianza puede sufrir grandes oscilaciones. Existe un dicho muy conocido en los mercados: “el dinero es como los caracoles, aparece cuando sale el sol, y se esconde con una simple lluvia”.

Dicho lo anterior, hemos de significar algo que, puede parecer ilógico y anormal, estamos hablando de que también podemos vender algunos de los productos indicados anteriormente, como pueden ser acciones; sin tenerlas en nuestro poder. Es decir, vendemos algo de lo que no somos propietarios. Algunos dirán y con razón, que estaremos vendiendo humo, pero no es exactamente así. Y eso nos hace entrar a comentar algunas figuras que intervienen en los mercados, como son los bancos de inversión y los brokers. Ellos ceden a crédito sus acciones a particulares y empresas a cambio de un pequeño diferencial más intereses. De esta forma sus clientes pueden obtener plusvalías si venden un producto y luego lo compran a un precio más bajo o al revés, venden a un precio determinado y luego ese producto sube de precio, cotiza más alto; y el inversor no tendrá más remedio que aguantar la inversión, pagando intereses al intermediario o vender a precio alto y tener pérdidas. .Esta forma de inversión se denomina “a corto”, y cuando se compra primero para luego vender, se le denomina “a largo”. Por lo tanto, según vaya el mercado, se habla de mercado bajista o mercado alcista. Los inversores que venden sin tener títulos, son identificados por muchos, como especuladores, cosa que ellos niegan tajantemente; diciendo que son “reguladores del mercado” y que éste les necesita para nivelar las cotizaciones.

Pero dentro de ese mercado de compra-venta, no nos podemos olvidar de unos productos relativamente nuevos, que están teniendo mucha aceptación y que todavía están complicando más ese complejo mundo. Se trata de los derivados, los cuales son instrumentos cuyo valor y su variación, depende del precio de otro activo al que se le denomina subyacente. Existen muchas clases de derivados, pero nos vamos a referir someramente a las dos más importantes: opciones financieras y futuro financieros. Las opciones se caracterizan por ser unos instrumentos financieros, que se establecen en algunos contratos y que da a su comprador, el derecho, pero no la obligación a comprar o vender activos o valores (el subyacente) a un precio predeterminado, un vencimiento concreto y pagando una prima que le asegura operar con solo el riesgo de la misma Existen dos tipos de opciones: de compra (call) y de venta (put).

Referente a los futuros financieros, diremos que se trata de un producto que liga un acuerdo a futuro dos inversores, comprometidos ambos a comprar o vender en un futuro un activo denominado subyacente, y a un precio establecido anteriormente. Estos dos productos son idóneos para ser utilizados como cobertura de grandes operaciones por empresas multinacionales.

En todos los mercados existen inversores, que quieren sacar un beneficio por la revalorización de las acciones o activos comprados y/o sus dividendos con un riesgo sopesado y valorado en función de las expectativas positivas o negativas de los mercados, y operadores que utilizan ese mercado para especular. Un ejemplo lo aclarará: supongamos que nos encontramos en un mercado bajista, los inversores de acciones están viendo como sus acciones no paran de bajar su cotización día a día, y solo tienen dos posibilidades, vender sus acciones y asumir las pérdidas o esperar tiempos mejores, en que sus acciones recuperen la anterior cotización. En cambio, los especuladores, como pueden vender sus acciones antes de poseerlas, verán como el precio de esas acciones vendidas, cotizan cada día a precios más bajos; lo que les permitirá comprarlas a un precio menor y conseguir una plusvalía.

Una vez sabemos, más o menos, lo que es el Mercado Financiero, que productos tiene y como se venden o compran y quienes son los compradores y vendedores, quizás ya es el momento de entrar en otras funciones que realizan o se pueden realizar para intervenir o regular el mismo; y en qué medida esas actuaciones de esos actores, intencionados o no, pueden modificar las economías de todo el mundo o de una parte del mismo. También, hemos de tener en cuenta que en la mayoría de casos se trata de mercados regulados por instituciones nacionales y supranacionales, por ejemplo: el órgano que regula el mercado financiero español es la CNNV (Comisión Nacional del Mercado de Valores).

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Pues bien, como decía anteriormente, a través del Mercado Financiero, los distintos estados y las compañías internacionales, están muy interesados de que estos mercados funcionen lo mejor posible, puesto que existen miles de empresas que se financian por medio de dicho mercado. Paralelamente, y aún más importante, es la capacidad que tienen los bancos centrales como el BCE (Banco Central Europeo) de regular y, muchas veces impulsar sus economías a través de la subida o bajada de los tipos de interés, que también actúan sobre la inflación, que es un tema muy preocupante para el desarrollo de las economías globales. Son las políticas monetarias que usan esos bancos centrales para regular la inflación y el paro, principalmente. El mecanismo a priori es muy sencillo: Si una economía se acelera demasiado, la inflación se desborda; aumentan los precios de los productos básicos, como la cesta de la compra, mobiliario, pisos, etc; hay exceso de liquidez en el sistema y es preciso sacar dinero de ese sistema. ¿Cómo? Pues actuando los bancos centrales a base de vender deuda a los bancos comerciales y otras importantes empresas, a unos precios muy altos, motivo por el cual los bancos nacionales y empresas multinacionales buscarán colocar su dinero en la deuda de los bancos centrales sin riesgo y buscar dinero más barato de los ahorradores, que ahora preferirán ahorrar a altos tipos de interés, lo que, a su vez hará bajar el consumo. Al mismo tiempo, el Banco Central subirá los tipos de interés de referencia para encarecer el crédito y hacer bajar las inversiones.

Para entender mejor lo comentado, tenemos un buenísimo ejemplo. Nada menos que la crisis del año 2008 o Gran Recesión que empezó a gestarse en los EE UU con la caída del banco de inversiones Lheman Brothers y que muchos achacaron a importantes fallos de los reguladores, por consentir a los bancos de inversión americanos mantener altos porcentajes de inversión en las llamadas hipotecas subprime o hipotecas “basura”, que se concedían a altos tipos de interés, pero a particulares y empresas de escasa solvencia; las cuales no podían atender los pagos periódicos de los intereses, ni, por supuesto, el principal. Hacia el año 2011, el colapso del mercado era muy fuerte en todo el mundo; empezando por los EE UU, UE, Japón y China, lo que obligó a la Reserva Federal de los EE UU a tomar cartas en el asunto y empezar a inyectar cientos de miles de millones de dólares a través de la compra masiva de deuda de bancos y empresas importantes a unos tipos muy bajos. Al mismo tiempo se bajaban los tipos de interés de referencia del mercado, con lo cual se abarataba el crédito a particulares y empresas, además de rebajar el precio de los préstamos hipotecarios, que todavía seguían a unos precios imposibles para el bolsillo de los ahorradores; y, sobre todo daban una cierta estabilidad al mercado y confianza a sus intervinientes.

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Sin embargo, para muchos estudiosos y analistas financieros, la crisis de los años 2008-2013 pudo se tan virulenta como la Gran Depresión de 29, pero mucho más fácil de solucionar gracias a potentes organismos nacionales y supranacionales como son la FED de los EE UU, el BCE de la UE o el Banco Central de Japón. No obstante, los primeros años en que se tomaron las medidas de política económica en los EE UU, el resultado no parecía tan alentador como las autoridades monetarias creían, produciéndose un debate muy importante entre diferentes autoridades monetarias y analistas financieros.

Hubo momentos en que la mayoría de los últimos indicadores económicos y financieros parecían decir que la crisis global no acaba de solucionarse. La política monetaria de la FED de los EE UU, de inyectar dinero en el sistema a través de la compra masiva de bonos, no acaba de fructificar, tampoco la del BOJ de Japón y el crecimiento del PIB chino se estaba debilitando. Además, las materias primas no paraban de bajar y la situación de la economía de la Zona Euro se estaba volviendo insostenible, sin que las medidas expansivas, que estaba a punto de tomar el BCE, convencieran a los expertos económicos y financieros; aspecto constatado en ese momento por las fuertes caídas de las bolsas europeas.

Captura de pantalla 2019-02-26 a las 11.03.54La constatación de esos hechos ya fue presagiada y pronosticada por insignes economistas, como el premio Nobel de Economía (2008), Paul Krugman; el cual sugiere que se debe cambiar el rumbo de dichas políticas, las cuales han demostrado ser ineficaces ¿Pero si esas políticas expansivas de dinero abundante y barato no han resultado ser efectivas, y las restrictivas auspiciadas por el Bundesbank, imperantes en la Unión Europea, tampoco funcionan qué se podría hacer? Pues la solución propuestas por, digamos disidentes, consistiría en inyectar dinero barato al sistema, aunque dedicado exclusivamente a grandes inversiones en infraestructuras, sobre todo para arreglos y mejoras, como pueden ser la de viejos puentes y cloacas, que serán un grave problema en el futuro de los EE UU. Dichas ideas no fueron tenidas en cuenta y, en estos momentos, dicho debate ya no es tan virulento y las economías mundiales se han serenado, pero la FED (Sistema de Reserva Federal) ha dejado de inyectar dinero en el año 2016 y ha comenzado a subir los tipos de interés del dólar para controlar la posible inflación. En un principio la respuesta de los mercados mundiales ha sido bastante aceptable, pero ha aparecido otro factor, el político, que se está convirtiendo en un peligro para la estabilidad financiera y comercial. Se trata la nueva política de los EE UU, auspiciada por su presidente Donald Trump, tendente a provocar un proteccionismo comercial, para proteger la industria americana y que está llevando a una Guerra Comercial, preferentemente entre EE UU y China. Todo ello está conduciendo a los mercados financieros, incluidas las divisas, a una situación de ansiedad, estrés y desconfianza, que ha provocado una caída de las bolsas mundiales en el cuarto trimestre, y unas expectativas poco halagüeñas de los mercados globales para el presente ejercicio del 2019.

Síguenos en FacebookPor otra parte, teniendo en cuenta, el fuerte endeudamiento de la economía americana y el camino proteccionista, que está tomando; el dólar ha dejado de ser la moneda refugio de los inversores para malos tiempos, y es el yen japonés, donde se invierte en situaciones poco claras e inestables.

Al mismo tiempo, nuestra divisa, el euro, que también ha actuado como refugio de inversores y ahorradores, está viviendo una situación difícil y complicada con un BREXIT, que nadie sabe como acabará y algunos países como Italia y, probablemente España, llevan camino de no cumplir el plan de estabilidad de la UE por un déficit por cuenta corriente y un endeudamiento excesivo.

Alberto V. Bragado-firmaPuedes seguir a Alberto Vázquez Bragado en Twitter como @BragVazquez

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