Rosa María Mateo me lleva a recordar cómo en la Guerra Civil, y en sus prolegómenos, se detenía a gente según la cabecera de prensa que portaba bajo el brazo…

Por JOSÉ CRESPO

Me dan una noticia de la que quiero pensar que es lo que ahora llaman una fake news, o lo que es una bola de las de toda la vida, y es sobre las andanzas de la mandamás de TVE. Me refiero, obviamente, a Rosa María Mateo, administradora única del Ente Público desde el pasado 14 de mayo y, que hoy, como respuesta en comisión parlamentaria sobre si tiene una sociedad instrumental, con su hijo como administrador y con cero empleados, para eludir pagar a Hacienda, ha contestado con un rebuzno estalinista a micrófono abierto, llamando “mezquino y miserable” al portavoz del PP que le ha realizado la pregunta. 

Nadie ha logrado nunca, en tan corto espacio de tiempo, desde la “provisionalidad” que supone un cargo de estas características, tomar medidas tan impensables e inauditas como aplicar purgas indiscriminadas, más propias de una comisaria política, de estilo soviético, o la que mencionamos seguidamente.

No sigo a Jaime Peñafiel pero comparto su impresión al respecto sobre las sugerencias de la jefa del chiringuito televisivo.

Como diría la inolvidable María Dolores Pradera esto… “ya no se estila” —o más vulgarmente: “a mear y no echar gota”— pues Rosa María Mateo no solo impone el pensamiento político “único” sino que además también pretende “uniformar” estéticamente a los presentadores, despojándoles de sus propias y particulares señas de identidad. 

No lo olviden. La última intromisión sectaria ha consistido —¡agárrense que vienen curvas!— en censurar los pañuelos en el bolsillo superior de la chaqueta de los caballeros, porque dan imagen de ser… “¡de derechas!”. No puedo sino calificar esta medida de completa y soberana gilipollez.  Creo que el pañuelo en el bolsillo no es ni ha sido nunca patrimonio político de nadie.

Esto me lleva a recordar cómo en la Guerra Civil, y en sus prolegómenos, se detenía a la gente según la cabecera de prensa que portara bajo el brazo, motivo quizá por el que esa sana costumbre tanto invernal como estival de pasear periódico en mano ya no ha vuelto nunca a ser lo que fue.

¿Se ha preguntado Rosa María Mateo por qué la americana tiene un bolsillo en la parte superior izquierda? En Inglaterra, Francia y Estados Unidos lo tienen muy claro, pues su único objetivo no es otro que para llevar un pañuelo, y como me dijo mi abuela en una ocasión… «esa prenda es la única que no llevas para ti, sino para si alguien lo necesita ofrecérselo como un caballero». Se trata ni más ni menos que de un toque de estilo, educación y elegancia, ya seas de derechas o de izquierdas ¿No les parece, amigos lectores?.

Hay un interés irracional y concreto para convertir la idea de ser elegante, y a la vez de izquierdas, en un oxímoron.

Ya lo dijo Cervantes: “Tengo por costumbre, querido Sancho, que, en viendo el burro venir, ya de lejos me apercibo sin confundirme, de las patadas que pudiera propinarme, por tanto, mi fiel escudero, fíjate en los andares, y si viéndolo retorcido y mal encarado vieres que arranca sin compostura, hazte a un lado, que de estos con mala idea, sucios y desaliñados mejor es no tener contacto…»

“Y hay que tener cuidado con tal calaña, que de ser menester utilizan a las más tiernas criaturas y hasta pretenden adoctrinarlas y que salgan de su mala hueste con títeres y cabalgatas. Y cuidado amigo Sancho que son los mismos que luego cobran de berberiscos y de otros que más allá someten a sus pueblos y ello, tanto mal vestidos cuando procede el buen hábito, como vestidos de la más cursi casta, cuando no es tan menester.»

Por lo tanto parece ser que, a la vista del estilismo y poca vergüenza en la indumentaria del “chepa” y sus conmilitones de puñito alzado, hay un interés irracional y concreto para convertir la idea de ser elegante, y a la vez de izquierdas, en un oxímoron.

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