Los indepes son seres de luz

Un espía entre los nuestros

seres luz interior

Sin ningún tipo de duda todos los independentistas son seres de luz, inmaculados, perfectos. Sí, todos. Ellos están absolutamente convencidos. Quizás algún psicólogo o psiquiatra diagnosticaría una enorme falta de autoestima que necesita ser suplida por una colosal corteza que aparente lo contrario. No lo sé. En el último párrafo del artículo compartiré con ustedes mi propio diagnóstico, pero antes vamos a comprobar la luminosidad de estos curiosos seres humanos.

Al poco tiempo de descubrir Twitter recibí mi primera enorme sorpresa. Xavier Sala i Martín disparó un tweet que decía: “¿Cómo? ¿La Marca España no está entre las diez mejores marcas del mundo? ¿Qué extraño, no?”. Con mi ingenuidad de principiante le repliqué: “Creo que la corrupción en Cataluña no ha ayudado… los clanes famosos del 3%, BCN World, Aguas de Barcelona”. Mi respuesta tuvo cierto éxito y se viralizó. Con gran curiosidad quise entrar en el perfil de este personaje y… ¡Oh, sorpresa, me había bloqueado! Me quedé muy sorprendido: ¿Esa era la respuesta intelectual de este señor? Sigamos.

Francesc Marc Alvaro publicó en mayo del 2016 un tweet en el que decía: “Los convergentes perderán, puestos a ser derrotados, vale más hacerlo proclamando con seguridad y claridad sus ideas, en lugar de hacer ver que asumen las de una esquerra irresponsable y populista”. Con cierta ironía le contesté: “Uno de los animadores de CDC al Procés-suicidio les dice ahora que mueran con una sonrisa”. ¿Ustedes creen que me contestó argumentado su opinión? Aciertan: me bloqueó al instante. Más ejemplos, que son muy pedagógicos. Germà Bel, lanzó este tweet: “En plaza Letamendi, Delegación del Gobierno, Aeropuerto, Puerto… es decir, donde siempre. Para controlarlas hace falta una milicia armada, atendiendo a la probable oposición. ¿La organizas? Salud”. No lo resistí y le contesté con una cita reciente de Carles Puigdemont: “Algunos partidos están flirteando con la violencia” ¿Alguna respuesta de este caballero? No, me bloqueó. Recientemente otro opinador indepe me regaló su intelectual respuesta, un bloqueo: Eduard Voltas. Este caso es curioso, porque hacía pocos días que le había felicitado por aceptar mis pullas e, incluso, responderlas. Pero no aguantó demasiado, hace pocos días dio muestra de su escasa capacidad dialéctica. En fin, no les cansaré. Mi medallero particular es extenso: Pilar Rahola, Quim Monzó, Jordi Basté y un largo etcétera. Ah, sí, por supuesto también me bloqueó el President de la Generalitat de entonces, Carles Puigdemont. Por cierto, cabe remarcar que el Parlament reprobó los bloqueos masivos desde su cuenta institucional. Y él, que afirmó “el Parlament es sagrat”, se pasó por el forro de los c—— esta resolución sagrada. Le reporté al Síndic de Greuges. Nunca contestaron, claro. Es un no parar, como cuando Salvador Cardús afirmó que el agujero de Caixa de Catalunya se debía a que su Presidente, Narcís Serra, era socialista (obvió que es catalán).

Hace unas semanas le rompieron la nariz a una señora por retirar lazos amarillos. Eso dio lugar a una sorprendente avalancha de comentaristas indepes argumentando, por tierra, mar y aire, que no fue un ataque de un independentista, sino un rifirrafe por incivismo y tal. Sí, claro. Venga hombre. El 1 de Octubre manifestantes independentistas atacaron el Parlament y agredieron a manifestantes de signo contrario. Fue tan evidente que no se pudo ocultar. Esta vez las excusas abarcaron un amplio arco: desde los que decían que eran infiltrados falangistas, hasta los que minimizaron estos terribles actos argumentando que habían sido provocados.

«Ahora que la extraordinaria campaña de marketing que ha sido el Procés no puede taparlo todo y asoma el lobo de la violencia debajo de la piel de cordero gandhiana, sería más inteligente aceptar que hay independentistas indeseables».

Si yo fuese un personaje público defensor de la independencia intentaría argumentar, no bloquear. Ahora que la extraordinaria campaña de marketing que ha sido el Procés no puede taparlo todo y asoma el lobo de la violencia debajo de la piel de cordero gandhiana, sería más inteligente aceptar que hay independentistas indeseables, pero eso, para ellos, es psicológicamente inaceptable. Me acerco a mi diagnóstico.

¿Por qué Sala i Martín no reconoció algo evidente? ¿Por qué esa necesidad patológica de blanquear los actos violentos? ¿Por qué esa incapacidad de aceptar críticas? ¿Por qué TV3 llama a los manifestantes de la CUP antifascistas y obvia sus actuaciones brutalmente fascistas? ¿Por qué el invento de la revolución de las sonrisas? Me huelo que la teoría de la falta de autoestima tiene mucho que ver, pero intuyo que hay algo más. Un cósmico complejo de superioridad. Verbalizado: somos seres de luz, somos perfectos, somos inmensamente mejores y por eso tenemos que ser independientes y alejarnos del retraso medieval de España y sus gentes, que son bestias de aspecto humano (Quim Torra dixit). Lógica goebbeliana.

Como los dirigentes indepes son incapaces de demostrar esa superioridad en la gestión del dinero público, o en la galopante corrupción catalana, han creado un mundo paralelo donde sus seguidores se sienten angelicales.

En sus coreografías, aglomeraciones y manifestaciones, se frotan las alas y brilla mejor su luz, iluminando su mundo fantástico, etéreo e irreal, y sobre todo… superior.

 Joan Puig


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