Ves a Yolanda Díaz representando a España, hablando y luciendo palmito en la tribuna de la ONU (como hacen los buenos comunistas), cotorreando en este caso sobre la economía social, y da tanta vergüenza ajena que hasta parece que hubiera inventado la pólvora.

En el último asalto 

De verdad que es difícil no perder los papeles al menos un poco, aunque es conveniente templar gaitas, y aprender de lo vivido. 

Ves a Yolanda Díaz representando a España, hablando y luciendo palmito en la tribuna de la ONU (como hacen los buenos comunistas), cotorreando en este caso sobre la economía social, y da tanta vergüenza ajena que hasta parece que hubiera inventado la pólvora. Al fin y al cabo, qué mejor sitio para alardear de tener cada día más pobres en tu propio país ¿verdad? Saber que ya no les cabe en la pechera tanta medalla y tanto autobombo resulta tan grotesco que es sorprendente que les salga bien una vez detrás de otra. 

Para esta caterva de abogados de pobres y defensores de abisinios, manipular turbas en países más pobres que el suyo es relativamente fácil. El objetivo es claro: una vez formados los staff con aspirantes a empollones siendo hijos y nietos de los perdedores de la guerra civil, solo había que pedir ciertos favores a  contactos subversivos. Una vez bien adoctrinados en la madre patria en las universidades públicas, y presuntamente bien financiados por organizaciones terroristas, comienzan a  intervenir democracias a medio hacer, destrozando la poca confianza que el pueblo tiene en las instituciones, inoculando el odio entre los empresarios, la iglesia, los oligarcas obreros, los sindicalistas y los militares con ínfulas, degenerando en altercados sociales para cambiar gobiernos como ha pasado en Hispanoamérica. Una vez hecho esto, parece que ya no les es suficiente y lo están aplicando en España, curiosamente con el visto bueno de la UE.

Como ya vimos en las Vascongadas y sufrimos en todo el país en los años del plomo, o en Cataluña desde finales del franquismo, culminado el proceso de momento con los indultos y la posterior modificación del Código Penal, regalamos otra bola extra para que lo puedan volver a hacer sin consecuencias en caso de perder el poder a nivel nacional. Ellos ahora y desde hace ya cinco años en el Gobierno siguen aplicando la misma estrategia, sabiendo que la derecha consiente y no aprende que las ideas se defienden, pero no legislan en esa dirección, no ilegalizan partidos anticonstitucionales, no se plantean cambiar la Ley Electoral, y siguen comprando su mercancía como se ha visto con las leyes trans autonómicas, o acordando modificar la Ley del “Solo si es si” en vez de derogarla, toda del tirón, para exigir endurecer las penas y por supuesto, dimisiones antes de las elecciones locales, para que toda esta cagalera legislativa les obligue a aceptar responsabilidades políticas.

Los más radicales de la izquierda, es decir los comunistas de toda condición, necesariamente van a saco, y qué mejor que proyectar su bilis sobre su propia gente, aprovechando lo bien que lo aprendieron a hacer previamente en el tercer mundo. 

En el caso de los socialistas, sin embargo, bastó con apoyar en la sombra a los nacionalistas vascos y catalanes con sus brazos armados, así como desmontar a nivel nacional la gran industria a cambio de pasar a ser el balneario de Europa y por cierto: con el paso del tiempo, qué bien les esta saliendo la jugada, cada vez que gobiernan o no gobiernan, controlando siempre las instituciones, los medios de comunicación y los sindicatos. 

Más pobres y pobrezas, más abusos, más violaciones, más inmigrantes desbocados, más okupas con derechos, más recaudación por IRPF o IVA, más inflación, menos propiedad privada, más chiringuitos, más control y persecución estatal, más Estado, menos libertad, menos derechos, más obligaciones y cuatro millones de parados.

Tras defender todo esto, nada más y nada menos que en la sede de la ONU en NY, el que el día antes dijera Yolanda que los hombres de izquierdas son un «peñazo» y además machistas, o dijera que  Marruecos efectivamente es una dictadura, se queda en una anécdota más. 

¡Qué maravilloso es venirse arriba, siendo vicepresidenta de España y muleta de su presidente! Si hasta le dijo a Jordi Évole que Marruecos es una dictadura para poner, a continuación, carita de “olé mi papo moreno”, pero… ¡Ay madre! Que estamos en la ONU, y cuando el mamón del periodista fascista la pregunta sobre tal afirmación, habiendo olvidado que además su jefe es rehén de Mohamed (ya saben),  igual que el PSOE, va y suelta: ¡Gracias Marruecos, gracias! y le cambia el rictus al verse vendida y en pelota picada delante de todos los medios, confirmándose que es absurda, especialmente en tan magna palestra. Pero claro, es que ella y sus confluencias son más de cruzar el charco que el estrecho, de ahí la pillada.

La irrupción de la cincuentona con pico de tucán es un  fenómeno pop de lo más cutre. El aspecto del producto es tan artificial, y nos lo están metiendo con calzador tan descaradamente que el hecho de que esté hasta en la sopa fomenta odios y pasiones en las izquierdas. Decir basta ya, se queda corto, pero en España estos saraos molan, y así nos luce el pelo, porque para más cachondeo sin presentarse en ningún sitio a las locales y autonómicas, ya le auguran un 20% en las generales.

Lo cierto es que la única salida posible para sobrellevar tanta tontería es escuchar a los demás, especialmente a su jefe (Pedro Sánchez), y compararlos para comprobar cómo la casta y la caspa nos consideran bobos, a tenor de cómo nos tratan y de lo que nos prometen, como si las cosas fueran gratis y cayeran del cielo. Votar por convicciones políticas es lo único que nos diferencia de ellos, pues con sus memeces a diario nos confirman que no las tienen. 

Aquí en Madrid (y perdónenme por sacarme las pelusas del ombligo), hablando de los socios de Yoli, tenemos a una de Más Madrid (sí, la MEMA), que dice que va a poner en órbita no sé cuántos miles de viviendas públicas de la Sareb, y que va a contratar a no sé cuántos miles de médicos y enfermeras.

¡Pues vale, muy bien! Para eso voto al sociata de turno (conocido como Perry) puesto que su jefe ha prometido hace unos días 50.000 viviendas a la chavalería (de esas que están destartaladas y okupadas, o a medio acabar), y lleva cinco años echando la culpa a Ayuso de que no hay médicos en España. ¡Ah, perdón! Que me dicen que ahora ya sube la oferta a 93.000 viviendas públicas. Pues que desilusión porque Ábalos (sí, el gran Ábalos) prometió 100.000 en 2020 cuando era el jefe de Fomento. Qué tristeza más grande Pedrete… Tienes la mecha más corta que José Luis, y mira que este, con la panza que gasta, ya ni se la verá.

Siguiendo con más  ejemplos tontorrones, tenemos a otra, también de Más Madrid, pero para el Ayuntamiento, que va y dice que cuando sea alcaldesa comprará los 10.000 locales que están cerrados en Madrid para acondicionarlos y ponerlos en alquiler a módicos precios para que los jóvenes emprendan. ¡Pero vamos a ver…! ¿No habíamos quedado que los autónomos son lo peor? ¿Y los pretendes comprar todos? ¿Y si no te los venden los propietarios? ¿Y si están vacíos porque no están bien ubicados? ¡Ah, vale! Me dicen por el pinganillo que se trata de la ‘asaltacapillas’, sí, la misma que enseñó sus pechos mientras asaltaba la capilla de la Universidad Complutense antes de hacerse mayor y desayunar en el Hotel Ritz. Bueno, tampoco me consuela…

Siguiendo con los ejemplos absurdos: lobezno, es decir, el socialista Perry, va y suelta que va a reformar todas las residencias públicas de ancianos que existen en la comunidad. ¿Todas? Algún colega del Tito Berni ya estará salivando. Pero, digo yo: ¿bastará con que en alguna pongamos o cambiemos algún retrete asqueroso por uno nuevo a 100.000 € la unidad para que la obra cuente como residencia reformada? Fijo que sí.

En fin… Como creo haber dicho en más de una ocasión no cabe un tonto más y se nos derraman por los bordes. Menos mal que están en lo de sustituirnos por moros y africanos mandingos y eso, para regenerar la calidad de los espermatozoides de los ninis. Y no exagero, porque a veces parece que falta nos hace. No hay mas que fijarse aquí en los maromos planchabragas, que están más por vacilar de patinete y pasear a sus perrijos, en vez de estar liados en fabricar niños para perpetuar la raza española. 

En serio, no es broma, lo dijeron el otro día en Telemadrid: “Cada vez somos más tontos”. Y no se referían a la degeneración que provoca el wokismo y tal, sino a que cada vez pensamos menos y peor.

No me extraña, tanto móvil y tanta IA consigue que hasta el chatGPT nos parezca aburrido. El otro día sin ir más lejos salió un video por LinkedIn en el que al pedirle imágenes de salmones remontando un río, a falta de fotos de salmones estando en ello, presentó planchas de salmón ahumado remontando el río. 

¡Toma ya! Ahora entiendo que los gerifaltes de las tecnológicas digan que hay que parar para hacer unos retoques aquí y allá, pues se nos está yendo la cabeza a nivel colectivo.

Menos mal que en España al menos la paz social es un hecho consumado, gracias a la pasta que nos cuesta reformar cada seis meses los baños de los edificios de los dos principales sindicatos de clase, lo cual es garantía de progreso e higiene democrática, como diría aquel, aunque el suyo propio, no el de los trabajadores. Total: si cada vez van a hacer falta menos. Entre los 250.000 que dicen se van a quedar en paro por la reforma de las pensiones, mas otro medio millón por lo de la inteligencia artificial (la misma de las planchas de los salmones), aquí solo va a trabajar ‘Yoli tenacillas’, que ya saben que dijo que lo de la política es agotador, a todas horas, y que no le da la vida, y por eso se levanta a las cuatro y media de la mañana para empezar a trabajar, lo cual conociendo al personaje y su currículum vitae, para ella será eficiente, aunque créanme: para cualquier empresario o mando ejecutivo de la empresa privada es de todo menos eficaz.

¿Tendrá a estas horas ya dispuesto al personal de servicio y atrezzo encargado de ponerla guapa y glamurosa? Seguramente sí, pues esos tirabuzones no salen solos. Al fin y al cabo eso también es progreso, y vivir en un casoplón ministerial de 400 m² a modo de residencia palaciega del pueblo, pero sin el pueblo, más todavía.

FRANCISCO GÓMEZ VALENCIA

Puedes seguirle en Twitter en la cuenta @Sr_Gómez

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid en 1994 por lo tanto, Politólogo de profesión. Colaboro como Analista Político en medios radiofónicos y como Articulista de Opinión Política en diversos medios de prensa digital. De ideología caótica aunque siempre inclinado a la diestra con tintes de católico cultural poco comprometido, siento especialmente como España se descompone ante mis ojos sin poder hacer nada y me rebelo y me arranco a escribir y a hablar donde puedo y me dejan.