Hemos escuchado (en Televisión Española) que nuestro presidente del gobierno ha sido elegido por aclamación presidente de la Internacional Socialista, organización de evocador nombre que agrupa “130 partidos de todo el mundo”.

Hemos escuchado (en Televisión Española) que nuestro presidente del gobierno ha sido elegido por aclamación presidente de la Internacional Socialista, organización de evocador nombre que agrupa “130 partidos de todo el mundo”. El universo reconoce al fin la valía de Pedro, su liderazgo del progresismo moderno universal. Y TVE presentaba ese respaldo del universo a Pedro como un reproche a todos los que ponen en duda ese liderazgo.

Bueno, rasquemos a ver. Lo primero que veremos es que Sánchez fue elegido “por aclamación” porque fue el único que se presentó al cargo. Nadie quería presidir esa Internacional Socialista tan maravillosa. Parece que es un poco como una comunidad de vecinos.

Sigamos rascando. Veremos (gracias a Teresa Freixes, que se molestó en hacer lo que parece que no hicieron los medios) que en la Internacional Socialista “ya no está, desde 2013, el SPD alemán; tampoco los partidos socialistas de Austria, Dinamarca, Países Bajos, Noruega, Suecia o Suiza, ni el Partido Laborista británico.” Entre los partidos que han sido algo en Occidente, quedan el gobernante PS portugués, el desacreditadísimo PS francés, el derruido PSI italiano, el defenestrado PASOK griego… y el PSOE. Miren por ustedes mismos. https://internacionalsocialista.org/quienes-somos/miembros/…

¿A quien representa pues Sánchez? Miren el resto de la lista. Populismos, socialistas de países en vías de desarrollo, bolivarianos varios, socialistas que han perdido la batalla frente al populismo en sus países. Una combinación de referencias que no querría uno ver cerca de su marca. Es una organización de la que han huido los adultos y los responsables (salvo el PS portugués).

En resumen, es un cascarón de lo que fue, un nombre, un marchamo vacío, y el caso de Sánchez una vitola que ponerse y con la que impresionar a los que no saben cómo ha acabado una organización que, en tiempos afortunadamente lejanos, tuvo su importancia.

Podríamos tomarlo sólo como un intento más de nuestro presidente de parecer más de lo que es, de simular un liderazgo que no ejerce o de apropiarse de cualquier pedestal vacío. Pero tiene más lecturas.

Por un lado, la facilidad con la que una noticia de pacotilla se ha convertido en herramienta promocional del líder y su partido en manos de medios de comunicación que no han podido o sabida darle una mínima profundidad a la investigación, resulta alarmante. Por otro, la compañía en la que se encuentra hoy el PSOE, lejos de partidos socialdemócratas europeos homologados por la capacidad de gobierno y la responsabilidad y acompañado de lo mejor de cada casa (con algunas pocas excepciones), es más alarmante aún. Es un reflejo de la deriva populista de un partido clave en España, que en su día le dio forma y hoy está contribuyendo a dejar el Estado de Derecho en papel mojado, vendiendo una imagen de progresismo que se ha quedado en gestos.

Como dice Freixes, “en mis tiempos éramos más serios.”

MIGUEL CORNEJO

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