A pesar de haber sido escrito en el mes de julio, añadimos al número de septiembre, por la visión panorámica y sumamente irónica que transmite, este artículo de Julio Murillo, que se quedó en el tintero. Que ustedes lo rían…

Disculpen. No sé qué leches me pasa pero últimamente me dan linotipias (¿o era lipotimias?) con mucha frecuencia. Supongo que los vahídos se deben a la conjunción del calor infernal desatado por la campaña de apocalipsis climático que la «Agenda 2030 de Acojone Planetario» ha liberado a fin de sustituir a la guerra en Ucrania, que va para largo, y a la pandemia –que está de capa caída hasta el otoño, en que volverá, versión 9.0 mejorada en Wuhan, para exterminarnos como a piojos– y a ver en mi habitual repaso cotidiano a prensa, medios digitales y redes sociales, cómo está el patio. El patio, créanme, es ahora mismo un corral de cabras fuera de control que necesitan a gritos unas vacaciones de sí mismos…

Mientras en las redes los hay que arman la marimorena porque pidieron un entrepà de algo en un bar de Vic y les sirvieron un «bucadill» de algo, o querían un cafè amb llet y se lo trajeron, por joder, con leche, en la arena política la cosa va mucho peor.

De entrada la irrepetible Pilar Rahola se saca la faja, y se libera de todo cuanto pueda contener su volumétrica humanidad dentro de los límites del decoro visual, y echa espumarajos contra la consejera Laura Vilagrà, que en una entrevista instaba a Junts a unirse a la mesa de diálogo con el Gobierno de España, cumpliendo así con lo pactado por los dos partidos nacionalistas mayoritarios en su día. Una Pilar en su mejor forma pugilística –formidable crochet en el pómulo, demoledor uppercut en el mentón– le recrimina todo lo recriminable: «¿No se había acordado convocar, antes de dar un solo paso, una primera reunión de trabajo para construir un gran acuerdo nacional para la autodeterminación? ¿Dónde está esa reunión, dónde?» El vapuleo es de órdago. Tilda a ERC de cínismo, de rendición y cobardía, y se pregunta si la táctica entreguista de los republicanos viene marcada por el miedo que parece tener Oriol Junqueras a la posibilidad de acabar duchándose de nuevo en la cárcel.

A pesar de que la van a fichar en El Periódico, donde podrá seguir despotricando, Pilar está muy enfadada (tanto que en dos días se nos larga a Cadaqués y la paella que la cocine la madre que os parió a todos) porque aquí nada se culmina: «(ERC) no ha cumplido ningún acuerdo del pacto de gobierno, ni con el mandato que salió de las urnas, que era trabajar para la independencia, trabajar para la autodeterminación. Lejos de eso nos ha arrastrado a una estrategia de rendición, del gratis et amore… del gratis sin amore… del gratis total, que nos ha dejado en los huesos».

A ver, que la cosa pinta chunga para los sediciosos es evidente, pero famélicos, lo que se dice famélicos, no están. Ahí tienen a Laura Borràs –espléndida como siempre, porque nada le quita el apetito– que no para de interponer recurso tras recurso ante el TSJC a fin de aferrarse al cargo –¡Un día más, otra semanita, mi reino por un mes!– y lograr así llegar, contra viento y marea, a los dos años de Presidenta del Parlament que le asegurarán una jubilación de oro. Un día exige que la juzgue un jurado popular de al menos siete apellidos catalanes; otro recusa al juez porque se huele que no es imparcial; al siguiente dice que ya buscará una sustituta que le caliente la silla, pero que a ella no la sacan de ahí ni con aceite hirviendo. Por si eso fuera poco se pasea por el mundo con Francesc de Dalmases, un escudero maleducado y diputado de Junts que monta unas zapatiestas que suscitan alipori.

Pero no hay nada que hacer, el TSJC ha abierto ya causa oral y esto no lo para ni la Mare de Déu de Montserrat. A mí me sabe mal por ella. La de días de gloria y risa, y asco profundo, que nos ha regalado no se pagan con nada, excepto con la cárcel, si se demuestra, claro, que es culpable. Ahora mismo sólo es presunta sospechosa y muy honorable, muy voluminosa, y lo que haga falta. Ocurre que los del PSC, ERC y la CUP lo tienen muy claro; son mayoría en la Mesa del Parlament y la quieren fuera del cargo. Junqueras lo ha dejado blanco y en botella: a Laura no la juzgan ni por el 1-O, ni por el Procés, ni por la DUI, así que nada de represión y persecución política. La juzgan por corrupta. Ya ven… Lo de ERC y Junts, más allá del affaire Borràs, acabará a navajazos, a lo Curro Jiménez. Cualquier día se citan bajo el Pi de les tres branques y se remiendan las tripas albaceteña en mano. Alguien debería componer un buen pasodoble torero para ambientar la reyerta.

Y toda esta debacle la vive, obviamente, Carles Puigdemont desde Waterloo, y no hay día que no sufra el pobre hombre un parraque o una linotipia. El president a l’exili vive sumido en un permanentemente estado de cólera. Hace apenas dos ratos se ha quedado afónico de tanto gritar tras conocer el contenido de un nuevo audio del excomisario José Manuel Villarejo publicado por El País, en el que advierte a los implicados en la llamada Operación Cataluña del inmenso peligro del independentismo, y de la necesidad de actuar con rapidez y sin miramientos a fin de pararles los pies a estos «hijos de p— de los catalanes».

¡Uy, lo que soltó Villarejo! ¡Llamó hdp a los catalanes! «Aixó es inadmisible, senyors!» –debió bramar Puchi mesándose el flequillo, rezongando a continuación–: «¡Estos no son cuatro amigos en una terraza tomando cañas; son representantes del Estado llamándonos hdp y conspirando contra la democracia ¿No va a hacer nada la justicia española?».

Es Puigdemont. No hagan mucho caso. El hombre no tiene remedio. Más allá de que insultar está muy feo venga de donde venga el insulto, hay que recordarle siempre dos cosas: que desde su Govern todos los políticos catalanes independentistas llamaron de todo a todos los españoles, y que aquí la única conspiración contra la democracia fue la suya. No sé si me leerá. Seguramente, no… ¿Hola, Puchi?

Así es la vida en Cataluña cualquier día a cualquier hora. Es insólito que nos hayamos acostumbrado a vivir así. Se muere Núria Feliu, cantante y actriz, y la despiden en su funeral cientos de abuelos lazis cantando Els Segadors a pleno pulmón, con la estelada cubriendo el féretro. Y ya exige más de uno que lo que toca ahora es cambiarle el nombre a la Plaza de España de Barcelona y rebautizarla con su nombre. Pues bueno, pero ya de paso que le dediquen otra a Montserrat Caballé, una catalana que sí fue y será eternamente universal, y a otros catalanes magníficos condenados al ostracismo por parte del régimen totalitario que nos (des)gobierna… ¿Qué tal Salvador Dalí?

El calor nos está afectando mucho a todos, demasiado. Quien más quien menos prepara ya la maleta para salir de estampida lo antes posible. Desde sus mansiones en la Cerdaña, en Cadaqués, o en el corazón del Mordor Tractoriano, a todos estos arrauxadets se les pasarán todos los males. El que más fresquito estará, blasfemando tranquilamente desde algún pico en Los Alpes contra España, será Jordi Cuixart, que con más de medio millón de euros de subvención del Gobierno a su empresa, se nos ha instalado en Suiza. En fin… Aprovechemos que nos dejan en paz unos días para olvidarnos de ellos. Felices vacaciones, amigos, disfruten del momento. 

JULIO MURILLO

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