Cataluña se merece el desastre en el que ahoga. Reconozco que me ha costado llegar a esta conclusión. A esta triste y terrorífica conclusión. Lo fácil, bonito, y casi poético, sería decir lo contrario: “Cataluña no se merece el desastre en el que se ahoga”. No. Bienvenidos a la Realidad. Acompáñenme. 

Hace unas semanas un periódico de gran tirada (bueno lo de “gran” ha pasado a la Historia) destacaba en su portada los incumplimientos del Gobierno de España en materia de inversiones. Gasolina para los políticos independentistas y sus fans (votantes). Si se quiere dedicar un poquito de esfuerzo se comprende mucho mejor el tendencioso titular. Algunos ejemplos: 1. La ampliación del aeropuerto. Que sí. Que no. Que si el cambio climático. Que si zona natural de charcas y mosquitos. Que no toca. Qué no sé qué. La habitual y eterna comedia de los partidos del Gobierno de la Generalidad. Daba igual si pagaba el Gobierno Central. Aquí se trata de tocar la pera, de marcar pecho, de mear en la mata y delimitar territorio. 2. Los JJOO de invierno. Que sí, que no. Ya saben cómo ha acabado… 3. La ampliación de los carriles de la vital autopista A7. Como bien saben está eternamente colapsada. ERC dice que no, que pondrán más grúas. 

Pero la culpa es de Madrid. Nada nuevo. La culpa siempre es de Madrid.

Arde la Cataluña interior. Incluso peligran vidas. Los bomberos sobrepasados… ¡Ah, pero lo de pedir ayuda a la UME (Unida Militar de Emergencias) eso no; ni hablar, fuera fuerzas de ocupación de esta tierra Sagrada y Pura! Pero si también la pagamos los catalanes. Pero no. Ya saben, el orgullo, la estética indepe, el postureo.

Pues nada, tractorianos… ¡A disfrutar de lo votado y de lo que seguiréis votando, porque el cretinismo no tiene cura conocida! Ocurre que en el caso de Tractoria, reino celestial del pueblo uniceja laziplanista, el asunto es mucho peor. Porque prefieren que se les queme su casa antes de que la UME les ayude. Mejor calcinados que humillados.

Vamos al Parlamento de Cataluña. Hace unos días van y efectúan una declaración de apoyo a Escocia… ¡Cómo les gusta a estos cenutrios lo de las declaraciones simbólicas! No hace mucho otro homenaje, esta vez a unas brujas de hace 400 años. Eso sí, legislar —¿han aprobado alguna Ley importante en casi 2 años?—, o debatir cosas prácticas… mejor no. Venga, que yo les sugiero una: ¿Qué se puede hacer para que vuelvan las más de 3.000 empresas (miles y miles de puestos de trabajo catalanes) que tomaron las de Villadiego cuando se pusieron flamencos, chulos y muy fascistas?. Dudo de que veamos algún plan sobre la mesa.

Seamos serios… ¿Para qué sirve el Parlamento de Cataluña? Pues para nada. Para nada en absoluto. Su utilidad es cero. Su coste, descomunal. Aquí el Parlamento es sólo un teatrillo para que los indepes escenifiquen sus performances de consumo interno. Punto. Nada más.  El contenedor de la basura orgánica es infinitamente más útil que el Parlamento.     

Pues nada, a disfrutar lo votado.

Ya que estamos con el Parlamento, sigamos ahí… Con la presidenta del Parlamento, doña Laura Borràs —ojo, que es la segunda autoridad de Cataluña—, encausada por presunta corrupción. Se ha aferrado al cargo con uñas y dientes, a fin de llegar a los dos añitos en el cargo que le aseguran cobrar lo que todos ustedes juntos no cobrarán jamás de jubilación. Los propios indepes de ERC, la CUP, el PSC y los Comunes han logrado echarla, pero ella sigue cobrando. Hace poco nos enteramos de que, además de sus ya conocidos y vergonzosos emails, hace unos años, cuando era la directora de la Institució de les Lletres Catalanes se inventó un concurso literario… ¿Saben quién lo ganó dos veces consecutivas. Sorpresa: el mismo que se benefició de sus contratos fraccionados. Por cierto, el concurso ya no siguió. Supongo que ya había cumplido su función.

¿Ustedes han visto alguna manifestación en la calle ante tamaña corrupción? Pues yo no, se lo juro. Eso sería señal de sociedad saludable… Pero la sociedad catalana es todo lo opuesto a una sociedad saludable. Al revés: defensa absoluta, numantina y cerrada de Laura Borrás, de los políticos independentistas delincuentes  y de los miles de fans, adláteres y chupatintas que maman de la ubre de la vaca nacional. 

Pues oigan, nada, felicidades, y a disfrutar de lo votado. Y de lo que vendrá, porque los volverán a votar.

Sigo… Leo unas encuestas sobre intención de voto en las municipales. Barcelona: primero Maragall, segunda Colau, aunque algunas encuestas dan al PSC como segundo. ¿De verdad mi querida Barcelona votará a un resentido que llevará a la Ciudad Condal a ser una mera comparsa de la Generalidad Sediciosa ahuyentando inversiones y creando más brecha con el resto de España? ¿De verdad Colau sigue con opciones de ganar? ¿Han visto ustedes Barcelona? ¿Han visitado sus calles cubiertas de basura, orín y ratas? ¿Han paseado de madrugada presenciando como las bandas de los que no comen jamón arrancan relojes machete en mano? Recientemente estuve en Málaga y tuve oportunidad de hablar con mucha gente. Están encantados del subidón espectacular de su ciudad, gracias a una política inteligente de atracción del talento, digitalización, etc. Está preciosa. Sin ninguna duda ya ha superado a Barcelona. Pero de lejos.  

Queridos barceloneses, qué pena, ¿no? ¿Qué les ocurre, han perdido el seny famoso? 

Hace poco nos enteramos de la iniciativa del Gobierno de Ayuso de tolerancia cero con los Okupas. Mientras tanto en Barcelona somos la primera ciudad de Europa en okupaciones. Leo que ya hay asociaciones de vecinos que se están organizando para defenderse de los violentos asalta casas. Pues saben qué les digo… que no voten a quien defiende a los okupas. Pero ya ven, ni caso, parece que les van a volver a votar.

Pues más que nunca, disfruten de lo votado. 

Caso Dalmases. Imaginen la escena: un vicepresidente de un partido amenazando a una periodista por incomodar y poner en un brete a Borràs con sus preguntas. Les diré que no me sorprende, aunque eso sí, esta vez le han pillado. Pero esto no es lo peor; lo terrorífico es que hay fanáticos que defienden a Dalmases.

Cataluña es una sociedad enferma. Enferma y terriblemente hipócrita. Los separatistas se creen que son una democracia modélica y lo que son es una mafia. Gentuza de baja estofa aunque vistan de Armani.

Podría alargarme, porque cada día se acumulan más y más noticias desesperanzadoras, pero creo que ya es suficiente para refrendar la conclusión que anunciaba al principio del artículo: “Cataluña se merece el desastre en el que ahoga”.

Quizá algunos me dirán….»¡Oiga, que yo no les voto!». Sí, ya, me alegro, pero lo que yo veo cada vez que se convocan elecciones es que muchísima gente, muchísima, se queda en su casa. Y estos también son culpables… Es más: todavía pueden quejarse menos.           

¿Saben los que nos espera? Nos espera, la decadencia más absoluta. La nada.

Así seguiremos indefinidamente, a base de lloriqueos y mocos, la mesa de negociación, la amnistía, la defensa de la lengua, el «puta España» coreado por jóvenes Woke de encefalograma plano imbuidos de adoctrinamiento emocional perverso, y blablablá… Y así van e irán pasando los años, las décadas. Qué pena. 

Sí, creo firmemente que es la hora de decir la VERDAD. Ha llegado el momento de ser adultos y de asumir nuestro propio desastre… En Cataluña tenemos lo que nos merecemos. Somos un pueblo fracasado, sin futuro.

JOAN PUIG

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