

El absoluto desastre económico, social y moral en el que está sumida Cataluña tiene un principal culpable: yo. Mejor dicho, yo y muchos como yo. Les contaré el motivo...
Cuando había elecciones generales ejercía mi derecho al voto pero cuando llegaban las autonómicas me invadía una pereza infinita y, a menudo, me quedaba en casa o aprovechaba y me largaba a la playa o a la montaña. “¡Bah, qué más da!”, pensaba. Mientras que los votantes independentistas acudían en masa y con gran disciplina, los constitucionalistas….»¡Bah, qué más da!». Y así pasaban los años, la todopoderosa Convergencia i Unió, cual lobo disfrazado de corderito, iba tejiendo aquello que coreaban sus votantes “¡Avui paciencia i demà, independencia!”. Confieso que yo no iba a votar.
Así llegamos al 2012, CiU y ERC ya eran los partidos con más escaños. Pero seguía dándome igual, la cosa no iba conmigo. La hecatombe se estaba cocinando. En las elecciones de 2015, Convergencia hizo una llave de judo a ERC y concurrieron bajo unas mismas siglas —con aquello tan estrafalario de Artur Mas yendo de número 4 en las listas—. Llegó la CUP y envió al hombre a la papelera de la historia. Y entonces vino Puigdemont. En esas elecciones una parte del votante socialista despertó y huyó a Ciudadanos. El partido, que se enfrentó a los independentistas, alcanzó los 25 escaños. Pero muchos constitucionalistas seguíamos perezosos cuando tocaba votar; eso sí, con la mosca detrás de la oreja.
Y llegó el golpe de Estado, llegó el ruido a las calles, las caceroladas, los contenedores ardiendo. Entonces desperté, despertamos, y más de un millón de catalanes salimos a las calles. Algo había cambiado. Se implantó el artículo 155 y se convocaron elecciones: entonces sí fui, fuimos, a votar. Y ganó Ciudadanos. ¡Ay, pero mi confesión sigue…!
Llegaron las elecciones de 2021 y nos invadió la maldita pereza y los partidos independentistas tomaron el Poder. Su ejército de votantes es muy disciplinado… Sí, es cierto que perdieron muchos votos, pero ganaron. Demasiados constitucionalistas volvieron a cometer el error de quedarse en casa “¡Bah, ahora ya no pasará nada!”.
No quiero aburrirles más. Estoy cansado de las excusas, que si la Ley electoral premia con más escaños la Cataluña interior, que si el independentismo tiene tv3, prensa y medios, etcétera. Sí, sí, vale. Pero hemos de mirarnos al espejo.
Yo confieso que durante años fui culpable de dejar que el monstruo creciese. Yo confieso que miraba hacia otro lado ante las actitudes fascistas del independentismo. Yo confieso que cambiaba de tema de conversación con mis amigos independentistas… ¡Ay, cuántas cosas deberíamos confesar todos!
Yo y muchos otros somos culpables del desprestigio absoluto de las instituciones catalanas. Somos culpables de la ruina económica. Somos culpables de asesinar con nuestra indiferencia esa Cataluña que pudo ser una nueva Alejandría del siglo XXI. Somos culpables de que Cataluña se haya convertido en una aldea vetusta y rencorosa.
Hemos de mirarnos al espejo: nos guste o no, los partidos votados son el reflejo de una sociedad. Y la sociedad catalana está enferma, tremendamente enferma, debido a unos votantes separatistas a los que se les acabó la cordura, si es que alguna vez la tuvieron; no les funciona la capacidad de razonar de forma lógica, y, además, están cargados de odio. Cierto. Pero también, hagamos acto de contrición, Cataluña es también el reflejo de unos catalanes que hemos sido tremendamente irresponsables.
Soy el primero, y repetidamente lo he publicado en diferentes artículos, que reclamaba que el Estado hiciese acto de presencia en Cataluña, pero eso no nos resta ni un átomo de responsabilidad. Todos pedimos solidaridad al resto de españoles aquellos duros días del nefasto octubre de 2017, yo el primero. Pero también me pongo en el sitio de un ciudadano de cualquier rincón de España y también me preguntaría: “¿Y por qué no vais a votar en masa?”
Soy culpable, somos culpables, de haber dejado crecer a partidos que alimentaban el odio. Culpables de mirar a otro lado. Culpables de familias rotas. Culpables de volver a dejar al monstruo suelto.
El primer paso para resolver un problema es reconocerlo y ha llegado el momento de reconocerlo.
En las elecciones municipales del 2019 en Barcelona, los más votados fueron Ernest Maragall (ERC) y Ada Colau (Barcelona En Comú). ¿De verdad que queremos dejar Barcelona en manos del separatismo y la decadencia? ¿ En serio?. Me cuesta creer que políticos así sean el reflejo de lo que fue aquella prodigiosa y luminosa Barcelona de los Juegos Olímpicos del 92, con su vitalidad, ilusión y positividad. Pero una vez más hemos de mirarnos al espejo. Si no fuimos a votar, también somos responsables de la Barcelona decrépita y caótica que se hunde día a día. Sólo hace falta coger el AVE, ir a Madrid y pasear un par de horas por sus calles y plazas, el contraste es terrorífico… Hasta el jugador del F.C. Barcelona Gerard Piqué lo admitió en público.
Pero no sólo la comparación es terrible con Madrid; cuando viajaba por toda España, se respiraba alegría y amabilidad… Volvía a Barcelona y el ambiente era extraño, enrarecido, caras enfadadas, calles cortadas por protestas. Nos habíamos olvidado de ser felices.
Acabo, basta de culpar a los demás. Fijémonos en lo que podemos hacer. Y en lo que debemos no hacer jamás, como quedarse en casa cuando toca ir a votar.
Yo confieso que he sido culpable. Confieso que reaccioné tarde. Ahora estoy convencido de que si Cataluña y Barcelona no cambian su rumbo, si continúa esta deriva que nos llevará a pique irremisiblemente, todos deberemos admitir sin ambages que “nos lo hemos ganado a pulso”.
Quiero acabar con un soplo de optimismo. Si algo positivo ha tenido el Procés, es que ahora no nos callamos. Es un gran cambio. Pero no desearía tener que volver a confesar, en el futuro, mi culpa, nuestra culpa.
La primera prueba, en las elecciones municipales de 2023.
Alea Jacta Est.
JOAN PUIG
Puedes seguir a Joan Puig en twitter como @avecesensayo

1
Patrocina Ataraxia Magazine en PATREON desde 5$ (4,50€) al mes
https://www.patreon.com/ataraxiamagazine
2
Patrocina Ataraxia Magazine mediante una donación por PayPal
Puedo donar 5 euros
No es necesario tener cuenta abierta en PayPal para utilizar PayPal como plataforma o vía de donación • Si quisieras donar 10 o 15 euros puedes especificar (en la casilla junto al botón) que la cantidad que donas es 2 o 3 veces 5 euros…
5,00 €
Puedo donar 10 euros
No es necesario tener cuenta abierta en PayPal para utilizar PayPal como plataforma o vía de donación • Si quisieras donar 20 o 30 euros puedes especificar (en la casilla junto al botón) que la cantidad que donas es 2 o 3 veces 10 euros…
10,00 €
Puedo donar 20 euros
No es necesario tener cuenta abierta en PayPal para utilizar PayPal como plataforma o vía de donación • Si quisieras donar 40 o 60 euros puedes especificar (en la casilla junto al botón) que la cantidad que donas es 2 o 3 veces 20 euros…
20,00 €
Puedo donar 50 euros
No es necesario tener cuenta abierta en PayPal para utilizar PayPal como plataforma o vía de donación • Si quisieras donar 100 o 150 euros puedes especificar (en la casilla junto al botón) que la cantidad que donas es 2 o 3 veces 50 euros…
50,00 €
3
Patrocina Ataraxia Magazine con 2€ por lectura mensual
Aportaré por la lectura de cada número 2 euros mensuales
Aportaré 2 euros mensuales por leer Ataraxia Magazine, mediante un micropago utilizando PAYPAL (no es necesario tener cuenta en PayPal para efectuar el pago).
2,00 €
email de contacto: ataraxiamagazine@gmail.com
Patrocina AtaraxiaMagazine: https://www.patreon.com/ataraxiamagazine
Síguenos en Twitter: https://twitter.com/ataraxiamag
Síguenos en Facebook: https://www.facebook.com/ataraxiamagazine
