¿A qué estamos, a setas o a Rolex? ¿Empresa democrática o politburó? Los españoles decidimos por mayoría hace 42 años tener una Monarquía Parlamentaria y una democracia como sistema de gobierno basado en la representación parlamentaria. Elegimos que España fuese una gran empresa cuya soberanía residiese en el pueblo español. En todo el pueblo español. Y un gobierno que la gestionase según los principios fijados en la Constitución Española. Visto lo visto, alguien ha perdido la perspectiva y tenemos una situación muy diferente.
Les propongo un “back to basics” y recordar, en una rápida consulta a la RAE, dos principios básicos de la gestión: productividad, que define como “la capacidad o el nivel de producción por unidad de superficie de tierras cultivadas, de trabajo o de equipos industriales”. Y eficiencia, como “la capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado”.
Ahora consultemos tan sólo “eficiencia” en el diccionario español jurídico de la RAE, y obtenemos lo siguiente: “es el principio al que está sometida la Administración pública conforme la cual debe procurar alcanzar los objetivos de interés público fijados mediante el uso del mínimo de medios necesarios”. Y añade que “la gestión de los recursos públicos estará orientada por la eficacia, la eficiencia, la economía y la calidad, a cuyo fin se aplicarán políticas de racionalización del gasto y de mejora de la gestión del sector público”.
Ahora lo más difícil… echen una ojeada al nuevo gobierno sociocomunista que se ha formado en España y traten de identificar alguno de estos principios.
Volvamos a la decisión democrática de los españoles: queremos que España sea una empresa pública bien gestionada. Los ciudadanos debemos exigir que los principios antes mencionados sean aplicables con todo su rigor, ya que el equipo gestor maneja presupuestos de ingresos que emanan de nuestro dinero y debe rendir cuentas a sus accionistas, es decir, a los ciudadanos que aportan el capital para financiar dicha empresa. Y ni el dinero público pertenece a los gestores, ni la gestión del mismo debe quedar sin auditar.
La realidad que tenemos encima de la mesa es un contexto de desaceleración de la economía, cuyo plato principal, después de 11 meses de gobierno en funciones del PSOE, se traduce en una caída en la creación de empleo, una reducción de la inversión extranjera y el deterioro reiterado de la mayoría de indicadores que siguen apareciendo en los últimos meses.
«Se ha creado una metaestructura nunca conocida en la España democrática, y sin ningún ejemplo comparable en su referente inmediato, la actual Unión Europea.»
El gobierno sociocomunista, constituido a base de negociaciones ocultas con socios incompatibles con la integridad y solvencia de la “empresa España”, ya está pagando el precio de conseguir sus apoyos en la investidura. Se ha creado una metaestructura nunca conocida en la España democrática, y sin ningún ejemplo comparable en su referente inmediato, la actual Unión Europea. Ya no es sólo la presencia de comunistas en un gobierno demócrata, contradictorio por definición, sino también la creación de vicepresidencias y ministerios creados “ad hoc” sin ninguna base que justifique su existencia más que satisfacer la sed de cuota de poder de los nuevos socios del gobierno. ¿Son ustedes capaces de imaginar una empresa que aumente artificialmente su Consejo de Administración incorporando enemigos de su plan estratégico, y que además les cree nuevos puestos para su satisfacción? Y más aún, ¿que se lleve a cabo en un contexto económico adverso, habiendo presentando resultados de gestión tan negativos?
Pues la realidad supera a la ficción, como ya saben. El nuevo Consejo de Ministros estará formado por 23 miembros (9 más), con el presidente, 4 vicepresidentes (3 más) y 18 ministros (6 más), y tendrán 28 secretarías de Estado (3 más), a la que se suma la Secretaría de Estado de Comunicación liderada por Iván Redondo. El número de asesores del Consejo de Ministros aumenta hasta los 110 (45 más) y el de los asesores de los secretarios de Estado que pasan a 56 (6 más). Hay que añadir el aumento de los subsecretarios y los secretarios generales técnicos, que suman en total 282 comparados con los 192 del gobierno de Mariano Rajoy (90 más). Es decir, sólo la cúpula directiva de esta nueva empresa pasa de 179 “directivos” a 282, un incremento del 57%. No hay empresa que pueda justificar semejante disparate ante la situación actual de la economía española.
«¿Son ustedes capaces de imaginar una empresa que aumente artificialmente su Consejo de Administración incorporando enemigos de su plan estratégico, y que además les cree nuevos puestos para su satisfacción?»
Si además tenemos en cuenta que los nuevos cargos de este gobierno están estrictamente ligados a contenidos ideológicos, en su afán por colocar apoyos fieles en lugar ajustarse a las necesidades actuales, no hay que hacer mucho esfuerzo para imaginar la eficiencia y productividad que podemos esperar de su gestión.
En cuanto al coste de la “broma” sociocomunista, las primeras estimaciones apuntan a que superará en 24 millones de euros a la anterior estructura, que ya venía sobrecargada con los costes de incorporación de nuevos asesores y puestos de diversa índole desde la llegada a Moncloa del presidente actual.
Si analizamos las propuestas económicas incluidas en el nuevo programa de gobierno, lejos de ver una lógica realista y de adaptación a la complicada situación que tenemos en España, detectamos una política de gastos sociales muy populista y con muy poco rigor económico, que va dirigida a la compra de votos para que el “politburó” se blinde a futuro en su control del poder. Es necesario alimentar y consolidar las redes clientelares. Hay que reconocer que, en los perfiles elegidos, el nuevo Consejo de Dirección está siendo muy congruente con su iniciativa de ampliación selectiva, al incorporar los miembros más incompatibles con España, de valía demostrada en despilfarro demagógico y adoctrinador.
No olviden que los “accionistas” de España (nosotros) somos quienes financiamos esta fiesta populista de implantación ideológica sin precedentes.
Llegados a este punto, les invito a utilizar un metafórico visor de realidad aumentada y acompañarme a interactuar con el contenido virtual que nos está fabricando el politburó en nuestra España real.
«Poco faltará para que también veamos conceder el indulto (por la puerta de atrás) a los presos independentistas condenados por sedición y malversación, que acabarán convertidos y recibidos como héroes en su República imaginaria»
¿Ven ustedes como yo, cómo se materializan sus intenciones? La reacción contra casos como el “pin parental”, la actuación en favor del blanqueamiento del golpismo, terrorismo y separatismo, esto es, la negociación de los peores cánceres que sufre la sociedad española, la concesión de todas las peticiones exigidas por los nuevos socios para seguir ocupando la Moncloa. Poco faltará para que también veamos conceder el indulto (por la puerta de atrás) a los presos independentistas condenados por sedición y malversación, que acabarán convertidos y recibidos como héroes en su República imaginaria, al igual que lo vemos frecuentemente con los asesinos etarras en el País Vasco. Mientras disfrutan de los réditos del “tres per cent” y las arcas generosas del Estado opresor, en sus paraísos fiscales, bien aleccionados por los precursores del movimiento independentista de corrupción y liderados por la Madre Superiora y el gran “Yoda”.
¿Ven que no hay un solo indicador de progreso, al menos económico, que mejore? y ¿observan la tendencia de fondo a seguir empeorando, a ritmo… progresista? Al menos a través de mi visor, parece que este nuevo gobierno ó politburó u oficina política, no apunta a una mejora de la situación económica y seguridad de sus “accionistas”, sino más bien al progresista desgaste y deterioro hasta que reviente España. Nos quieren pobres y sumisos para aparecer como los grandes salvadores de nuestra miseria.
«Nos quieren pobres y sumisos para aparecer como los grandes salvadores de nuestra miseria.»
Si lo desean, ya pueden prescindir del visor. Podemos contemplar con toda “realidad” las sonrisas de alegría, los lloros de emoción desconsolados y el creciente ego supremacista en las televisiones de los recién nombrados. El politburó y todos nosotros sabemos que chocarán con las lágrimas de tristeza, el deterioro económico, la preocupación y la cada vez más acusada precariedad de los ciudadanos. Acabarán ahogando al “accionista” de España, que resiste a la fuerza, y al que intentan someter a una polarización ideológica intensa que le enfrente con sus vecinos y sus propios familiares. El politburó está muy tranquilo y feliz. Ya ha logrado manejar, sin exigencia de gestionar, el presupuesto público y por ello se merece sueldos muy suculentos. ¿Para qué preocuparse de los “espectadores pagadores” que son los que sufrirán las consecuencias de una derogación de la reforma laboral, si a ellos no les aplica? Manejarán la empresa intocable, ejerciendo su delirio de poder con autoridad supranacional, y me atrevo a decir amoral, haciendo sufrir a las empresas de verdad, las que se levantan a diario a generar la riqueza del país, y a los trabajadores que poco o nada pueden decir o hacer, ante esta deriva empobrecedora y destructiva.
«Acabarán ahogando al “accionista” de España, que resiste a la fuerza, y al que intentan someter a una polarización ideológica intensa que le enfrente con sus vecinos y sus propios familiares.»
No nos olvidemos tampoco de comprobar la tranquilidad con que el politburó disfruta de su recién estrenada o reestrenada poltrona con sueldo “de nuestro bolsillo” y múltiples prebendas y privilegios adicionales, mientras sectores como el bancario, el energético, el inmobiliario, el hostelero, el agrícola… por citar algunos, ven con gran preocupación e incertidumbre el futuro que se avecina. La oficina política cada vez más alejada de la realidad económica disfrutando de una estabilidad incuestionable, mientras las empresas y trabajadores se encuentran cada vez más olvidados. La nueva generación de políticos solo aplica el “qué hay de lo mío y mi poltrona”. Todo lo demás, les importa un pepino. Hortaliza, por cierto, muy de moda últimamente, y no por la campaña para promocionar su exportación y consumo normal, sino por otros menesteres que se le atribuyen, sugeridos por las recién nombradas en el Ministerio de “Desigualdad”.
Quiero evitar reiterar números y análisis de las políticas económicas anunciadas por el nuevo gobierno. Ya las hemos comentado hasta la saciedad. Quiero insistir, sin embargo, en destacar lo deleznable de abocar a nuestros hijos y generaciones futuras a enfrentarse a una deuda inasumible, heredada de la amoral y destructiva actuación del actual equipo gestor, y el gran agujero negro que es la Seguridad Social, que les impedirá recibir pensiones dignas en el futuro. El ideólogo-político de hoy, maneja, insisto (no gestiona), España a corto plazo con el objetivo de mantener sus votos y su posición privilegiada, y deriva la “patata caliente” a futuros equipos gestores en siguientes gobiernos, que tendrán que lidiar con lo que se encuentren. Como la historia reciente ya nos ha demostrado. ¿Saben aquel que “diu” sobre las tasas de paro y los gobiernos socialistas? Pues añádanle la coletilla de “comunista”. Progresamos. Mucho.
«El ideólogo-político de hoy, maneja, insisto (no gestiona), España a corto plazo con el objetivo de mantener sus votos y su posición privilegiada, y deriva la “patata caliente” a futuros equipos gestores en siguientes gobiernos, que tendrán que lidiar con lo que se encuentren.»
Y es que parte del Guion con mayúscula ya está escrita, por mucha creatividad y empeño que ponga el politburó en intentar mostrarnos su originalidad, frescura, inocencia y efi… efi… (Ustedes disculpen, pero no soy capaz de acordarme de esta palabra). Todos sabemos que habrá recortes en las prestaciones, que el sistema no aguanta un incremento del gasto como el anunciado, que comenzar esta nueva etapa con una deuda pública que roza el 100% del PIB, una deuda en máximos históricos de la Seguridad Social y un déficit que cierra el año en el 2.5% del PIB no se supera con un equipo gestor centrado en votos y privilegios.
Diariamente podemos leer y escuchar a muchas personas de todo ámbito opinar que los nuevos ministerios inventados nacen con poco presupuesto y poco contenido. Y es que en lo de “poco contenido” les doy toda la razón, hasta se quedan cortos. En lo de “poco presupuesto”, yo diría que es bastante discutible. De momento controlan 22.000 millones de nuestros euros (el 7% del total). Imagínense la situación, ministerios nuevos con muy poco contenido, con poder, altavoz y presupuesto. ¿Cuánta realidad-ideológica aumentada serán capaces de crear y difundir? En pocos meses, ¿seremos capaces de distinguir la España real de la que nos están diseñando a golpe mediático? Lo que sin duda podemos esperar es mucho ruido ideológico de estos nuevos ministerios, que de otros más relevantes para el desarrollo económico del país. Si sustituimos el foco del desarrollo económico por el foco en otras prioridades, que sin ser menos importantes, son menos críticas para la supervivencia de los españoles, España pierde.
A un servidor, se le ocurren ideas como haber creado un Ministerio de Turismo específico que potencie una de nuestras grandes fuentes de ingresos y motor de la economía individual de los españoles y por ende, general del país. Que fuera capaz de situar a España como líder europeo del turismo de calidad y de mantener su crecimiento sostenido. Contamos con todos los factores necesarios, sin embargo, hay una ausencia de ayudas fiscales y de una gestión buena y efi… efi… (Vaya, ¡no hay manera!).
«¿Cuánta realidad-ideológica aumentada serán capaces de crear y difundir? En pocos meses, ¿seremos capaces de distinguir la España real de la que nos están diseñando a golpe mediático?»
En otro orden, dado que el 90% de nuestro PIB lo generan Pymes y Autónomos, quizás fuera más productivo abrir un ministerio específico que potencie a estos colectivos, con una especial atención al sector agrícola, tecnológico y nuevas iniciativas. En España hay creatividad y conocimiento, pero se acaba marchando fuera a desarrollar los proyectos, donde encuentran financiación y apoyo en sus iniciativas.
Menos foco ideológico y más inversión en la economía real que levanta España todos los días, y la que sufre las consecuencias finales de todo ese gasto ineficiente e improductivo, que solo genera empleo clientelar y votos, pero no contribuye en nada al PIB nacional, ni a aumentar el valor para los “accionistas”.
Intento siempre buscar el lado positivo de las cosas, pero en esta ocasión me veo incapaz de hacerlo. Me temo que estamos empezando a asistir a una etapa muy dura y triste para los españoles. Aquellos que piensan que este tipo de gobiernos duran poco tiempo, que de momento lo descarten. Han venido para quedarse y cumplir la hoja de ruta diseñada desde hace muchos años. Controlan los medios, las calles y tienen una oposición fragmentada, débil y muy despistada, cargada de complejos históricos y herencias de corrupción cuya moralidad les impide pasar página.
«Aquellos que piensan que este tipo de gobiernos duran poco tiempo, que de momento lo descarten. Han venido para quedarse y cumplir la hoja de ruta diseñada desde hace muchos años.»
Muy a mi pesar, la única alternativa es que la evolución de la economía y la huída de inversión extranjera, así como la deslocalización de muchas empresas hacia otros países más estables y atractivos fiscalmente, hagan peligrar su supervivencia en el poder. El porcentaje de la Bolsa española en manos de extranjeros está en el 49%, porcentaje similar al que ostentan de nuestra deuda pública. Estamos jugando con fuego. Necesitamos la financiación exterior para cubrir nuestros desequilibrios.
La Unión Europea es cierto que podrá evitar grandes desastres, pero será insuficiente dadas las maniobras y desparpajo de los actuales gobernantes. Si hay que saltarse los filtros y límites, den por seguro, que se los saltarán. Lo estamos viviendo a nivel interno con jugarretas legales y artimañas de trileros para justificar lo injustificable. Para ejemplo el nombramiento de Lola Delgado como Fiscal General del Estado o los ceses que hemos visto en la Abogacía del Estado y el futuro nombramiento de los miembros del CGPJ.
Lo que en principio era “rebelión” se convirtió en “sedición”. Las penas que tenían que cumplirse ya no se cumplen. Y de ahí al indulto, veremos lo que se tarda. Una ley orgánica y a correr. En fin, ya se conocen la película. Si no respetan ni a sus propias leyes, que nos obligan a todos, a quién van a respetar. Unido a todo el incumplimiento de objetivos económicos negociados con Bruselas y que han ido empeorando cifra tras cifra publicada.
«La Unión Europea es cierto que podrá evitar grandes desastres, pero será insuficiente dadas las maniobras y desparpajo de los actuales gobernantes. Si hay que saltarse los filtros y límites, den por seguro, que se los saltarán.»
Donde dije digo, digo Diego. Y de eso han aprendido mucho los votantes socialistas, que han visto que en 48 horas lo que iba a ser una línea roja infranqueable que les quitaría el sueño, se convirtió en un abrazo balsámico de la traición para dormir a pierna suelta y sin ningún rubor.
Ármense de paciencia, sean la resistencia y tengan ánimo, mucho ánimo. Que lo vamos a necesitar. España debe urgentemente sumar y frenar esta deriva populista. Será la única forma de acabar con esta pesadilla, que ahora sí nos quita el sueño y sobre todo la prosperidad económica con tanto esfuerzo conseguida en estos últimos años.
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Álvaro Shares es un licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por el CEU y la Universidad Autónoma de Madrid, que ha sobrevivido a 31 años de experiencia en la bolsa española, en firmas de primera fila del sector financiero como JP Morgan o BBVA, entre otras. Desde el año 86 ha visto y seguido la evolución del profundo cambio que han sufrido los mercados hasta la actualidad. Desde el crash del 87 hasta el Brexit del 2016, así como la evolución tecnológica y el desarrollo de nuevas alternativas de inversión, siempre de la mano de los principales inversores nacionales e internacionales. Mucho mundo a sus espaldas y muchos viajes con los principales directivos de las compañías españolas. Y con ganas de seguir aprendiendo.