Ya ni las fiestas navideñas respeta Pedro Sánchez. Tiene que ser el perejil de todas las salsas. Qué bajo han caído los socialistas para tener a semejante ególatra de Secretario General. Y qué pecado tan gordo hemos debido de cometer los españoles para que se nos castigue con este Presidente, probablemente el peor que ha tenido España.
Pero bueno, todavía con la resaca y algún kilo de más de las navidades pasadas, nos enfrentamos a un nuevo año lleno de incertidumbres y con la amenaza del peor Gobierno de toda la democracia.
A lo largo de este año interminable, he intentado acercar la actualidad económica a nuestros queridos lectores de una forma amena y cercana. Espero haber tenido éxito en el intento.
El año 2019 nos ha dejado agotados de tanta intensidad de acontecimientos y noticias de toda índole, que han marcado el día a día de inversores y ciudadanos de a pie. Entre el Brexit y elecciones en Reino Unido, la guerra comercial China-EEUU, las múltiples elecciones en España, las protesta en Hong Kong, la desaceleración sincronizada de las economías, la cumbre del Clima en Madrid y demás y variopintos acontecimientos acaecidos, no nos han dado tregua ni para respirar. Ha sido un continuado de “fechas límite” en todo momento. Y lo que nos queda. Dice el refrán: “Virgencita, virgencita, que me quede como estaba”. Y los refranes no se equivocan.
«A pesar de todo ello, y desde el punto de vista bursátil, el año ha sido mucho mejor de lo que se esperaba a finales del 2018.»
A pesar de todo ello, y desde el punto de vista bursátil, el año ha sido mucho mejor de lo que se esperaba a finales del 2018. Las bolsas americanas y alguna europea han pulverizado máximos históricos, mientras que la española se ha quedado algo rezagada, aunque no lo ha hecho nada mal. Si tenemos en cuenta que el principal índice de referencia en España, el IBEX35, tiene un componente de bancos de casi el 30%, cerrar el año con una revalorización en torno al 15% se puede considerar todo un éxito. Especialmente si pensamos que hemos dedicado más tiempo a campañas electorales, corruptelas varias y peleas partidistas, que a velar por los problemas reales de la sociedad y la economía española.
Hemos visto mínimos históricos en los tipos de interés y rentabilidades negativas en muchas de las emisiones de bonos soberanos. Una situación totalmente nueva para los inversores. El concepto de pagar por prestar dinero es algo que no habíamos vivido hasta la fecha. Aunque estamos empezando a ver un cambio en la tendencia de los tipos de las emisiones debido a las ventas de final de año en los mercados de bonos globales. Esos movimientos del mercado han reducido la cantidad total de deuda con rentabilidades negativas desde un máximo de 17 billones de dólares en verano de 2019 a unos 11,19 billones a finales de año.
La actuación de los bancos centrales inundando de liquidez el sistema para paliar los efectos de la crisis de 2008, han generado una situación de burbuja en la renta fija que no se ha traducido en aumentar la inflación ni tampoco se ha conseguido que esa liquidez llegue a la economía real de una forma inmediata. De hecho, estamos viviendo una desaceleración económica a nivel mundial, aún a pesar de la liquidez inyectada en los mercados.
«Estamos viviendo una desaceleración económica a nivel mundial, aún a pesar de la liquidez inyectada en los mercados.»
Se abre una nueva etapa en la Presidencia del Banco Central Europeo con Christine Lagarde al frente. Una ejecutiva con una trayectoria reciente en el Fondo Monetario Internacional, donde ejercía el cargo de Directora General durante los últimos 8 años. Con un perfil más político que el de Mario Draghi, ocupó varias carteras ministeriales en el gobierno francés de Villepin. También trabajó como abogada en Baker & McKenzie donde acabó siendo la primera mujer que presidió el grupo en 1999. Así pues, estamos ante un perfil muy diferente al de Draghi, y en un momento muy determinante de la economía europea. Hay muchas voces que ya anuncian que la política monetaria tiene poco recorrido adicional en la actual coyuntura económica y que es el momento de la política fiscal para conseguir generar inflación y enfrentarse a la desaceleración de las principales economías. Por tanto, un perfil político que sea capaz de convencer a los pocos países que pueden aplicar esos estímulos fiscales (Alemania, Holanda, Francia), podría parecer adecuado para llevar a cabo esas negociaciones. En cualquier caso, el mensaje inicial de Lagarde al llegar al cargo, fue anunciar un cambio en la estrategia y la estructura del BCE a lo largo del primer semestre de 2020 sin detallar todavía medidas concretas. Los mercados de momento han reaccionado con un cambio de sesgo en los tipos y con la prudencia de esperar y ver hacia dónde se dirigen las actuaciones próximas en materia de política monetaria.
«Hay muchas voces que ya anuncian que la política monetaria tiene poco recorrido adicional en la actual coyuntura económica y que es el momento de la política fiscal para conseguir generar inflación y enfrentarse a la desaceleración de las principales economías.»
Ya se escuchan opiniones de algunos expertos de que podríamos haber tocado fondo en cuanto a bajadas adicionales de tipos de interés. Y así parece que lo han recogido las curvas de tipos. Si bien, Europa y EEUU se mueven en diferentes ritmos y quizás EEUU tenga todavía algo más de margen en bajar tipos que Europa, especialmente con la presión de Trump a Powell (FED) en un año marcado por las elecciones americanas.
Como ya hemos comentado, todos estos movimientos han permitido cerrar un año mucho mejor de lo que los expertos vaticinaban al principio, y sobre todo después del último semestre vivido del 2018, que dejó a los fondos e inversores muy “tocados”. Tanto en renta variable como en renta fija se han podido obtener rentabilidades incluso por encima del 20% y superiores. A pesar de ello, muchos inversores por prudencia se quedaron infra ponderados en sus carteras y no han podido recoger toda la buena cosecha. Según publica Inverco la rentabilidad media de los fondos ha sido en 2019 del 7.3%. Destacan claramente con crecimiento de doble dígito los fondos de renta variable internacional (EU y EEUU) que han superado rentabilidades del 22%, mientras que los de renta variable nacional alcanzan el 10%. El volumen total gestionado en fondos domésticos asciende a los 275.690 millones de euros con un crecimiento del 7.1% en el año 2019. En fondos internacionales el patrimonio gestionado asciende a 96.336 millones de euros con un aumento del 24.81% en 2019. En fondos de Pensiones el patrimonio gestionado asciende a 113.651 millones de euros con un crecimiento del 6% hasta Septiembre de 2019.
En lo que a renta variable española se refiere, ya hemos comentado que el año se ha salvado con unas rentabilidades muy honrosas, si tenemos en cuenta lo que se estimaba a principios de año por los expertos. Hay un claro contraste en la evolución de los diferentes sectores. Ya hemos comentado el peso que tiene el sector bancario en nuestro índice de referencia (cercano al 30%) lo que ha lastrado la rentabilidad global del IBEX 35 hasta el 13.14% (17.9% con dividendos) hasta el 24 de Diciembre de 2019. El índice de bancos presenta una rentabilidad negativa en el año del -2.4% en comparación con rentabilidades positivas del índice de energía del 14.3% y del de construcción del 27.8% en 2019. El IBEX Medium Caps (medianas compañías) sube un 8% y el de Small Caps (pequeñas compañías) un 10.1% en el mismo periodo. Es llamativa la rentabilidad obtenida por el índice IBEX MAB15 que asciende a un 67.2% y el IBEX MAB All Share que remonta un 36.4% en el año. El MAB es el mercado alternativo bursátil donde cotizan las compañías más pequeñas y con poca liquidez.
Esa foto final del 2019, complica algo más las decisiones de inversión en la renta variable, ya que en algunos sectores se han ajustado mucho su valor bursátil al valor estimado por los analistas, lo que deja poco potencial de ganancias en muchos de ellos. Los analistas globales siguen esperando subidas de beneficios de doble dígito a uno y otro lado del Atlántico. Pero algunas bolsas ya cotizan con primas en sus múltiplos comparadas con las medias de los últimos 20 años, como son el caso del S&P 500 que cotiza a casi 19 veces su beneficio (PER) y una prima del 15% o el Stoxx600 que cotiza con un PER en torno a las 16 veces y una prima superior al 10%. Muchos analistas ven más recorrido en la renta variable europea que se ha quedado un poco rezagada que en la americana que ha batido en muchos de sus índices cotas históricas. Sin embargo, la economía americana todavía podría tener recorrido en política monetaria y la FED podría actuar en los tipos de interés (como así quiere Trump) mientras que la europea ha consumido casi toda su artillería. No olvidemos que estamos en año electoral y Donald Trump querrá llegar a las urnas con una foto de la economía más que reluciente.
Aún a pesar de la buena evolución de las bolsas el año pasado, sigue habiendo un factor positivo que seguirá atrayendo inversión a la renta variable. Frente a los dividendos estimados en las bolsas del 2,5/3,5% para 2020, la renta fija sigue claramente penalizada en la rentabilidad ofrecida que en muchos de los casos es negativa. Ello seguirá favoreciendo que el dinero siga buscando refugio y rentabilidad en aquellos valores con buenas perspectivas de cuenta de resultados, negocios predecibles a medio plazo y altos dividendos casi garantizados.
«Frente a los dividendos estimados en las bolsas del 2,5/3,5% para 2020, la renta fija sigue claramente penalizada en la rentabilidad ofrecida que en muchos de los casos es negativa.»
Otro factor que ha penalizado a la bolsa española, además del político, ha sido la ausencia de operaciones corporativas y salidas a Bolsa en 2019. Sin embargo, el capital riesgo ha estado muy activo este año y ha invertido un total de 11.100 millones de euros cifra que supera claramente los 2.500 millones de 2018 y los 8.300 millones de 2017. A nivel global las operaciones corporativas llegarán a los 3,8 billones de dólares comparadas con los 4 billones del 2018. Casi todos los principales bancos de inversión auguran un muy buen 2020 en el capítulo de operaciones corporativas, fusiones y adquisiciones, principalmente en Europa. Sectores como el bancario, telecomunicaciones, farmacéutico e infraestructuras podrían ser los candidatos en las futuras operaciones de consolidación. Las buenas condiciones de financiación por los bajos tipos de interés, la búsqueda de rentabilidad y optimización de costes en esos procesos y la creciente necesidad de ampliar mercados geográficos ante una economía cada vez más “desintermediada” y globalizada, incentivará dichos movimientos corporativos. Además de ser una fuente de ingresos fundamental para los grandes bancos de inversión, últimamente con problemas en sus ingresos y fuertes reducciones de plantilla anunciados.
Así pues nos enfrentamos a un año 2020 más normalizado y con valoraciones más ajustadas en la mayoría de los sectores. En sólo unos diez años hemos visto un relevo en el liderato de las compañías cotizadas claramente a favor de las compañías tecnológicas y farmacéuticas en detrimento de las grandes corporaciones industriales, petroleras y bancos. El sector del automóvil también se enfrenta a grandes movimientos como el de la fusión PSA y Fiat Chrysler anunciada en el cierre del año, y a grandes inversiones tecnológicas motivadas por la presión sobre el cambio climático y las nuevas generaciones de coches híbridos y eléctricos. En el sector de las telecomunicaciones la implementación de la tecnología 5G ha despertado una guerra sin cuartel para liderar su desarrollo y comercialización, donde Europa y EEUU siguen perdiendo la guerra innovadora frente el mercado asiático, y deberán acometer fuertes inversiones para recuperar la posición perdida.
Vienen años de fuertes inversiones en varios sectores y promovidos por los propios gobiernos y estructuras de poder. La última cumbre del clima celebrada en Madrid por la inestabilidad en Chile, ha dejado cifras de inversiones futuras por encima de los 500.000 millones de euros hasta el 2030 sólo en Europa. Y con la gran mayoría de las grandes empresas lanzando un mensaje claro de nuevas inversiones para conseguir una economía más sostenible. Veremos hasta donde llegan las intenciones, pero está claro que los presupuestos públicos y privados estarán al servicio del nuevo “dogma” sobre el clima. Solamente en fondos ESG (socialmente responsables) se espera que se dediquen unos 20 billones de dólares en la próxima década según informe de BoA Merril Lynch.
«La última cumbre del clima celebrada en Madrid por la inestabilidad en Chile, ha dejado cifras de inversiones futuras por encima de los 500.000 millones de euros hasta el 2030 sólo en Europa.»
Otro frente adicional se lidia en América del Sur donde la inestabilidad política y social se está implantando ya en varios de los países. Ya es conocido el caso de Venezuela, se intensifica en Bolivia, se extiende a Chile, y Argentina empieza otra nueva etapa con grandes incertidumbres y una economía muy deteriorada. No olvidemos que muchas compañías cotizadas en el IBEX 35 tienen fuertes intereses en esas regiones, lo que podría penalizar sus cuentas de resultados como ya hemos visto en algún banco y empresa petrolera o industrial.
El 2020 también será testigo de la ruptura del Reino Unido con la UE tras la victoria aplastante de Boris Johnson en las últimas elecciones de Reino Unido. En función de cómo se llegue al acuerdo de salida veremos mayor o menor presión en los mercados. De momento la libra ha perdido todo lo ganado con la euforia de la victoria de Johnson. También tenemos un claro impacto en muchas de las compañías españolas con inversiones que rondan los 70.000 millones de euros en el país británico.
«En función de cómo se llegue al acuerdo de salida (Brexit) veremos mayor o menor presión en los mercados. De momento la libra ha perdido todo lo ganado con la euforia de la victoria de Johnson.»
Nuestro futuro en particular, pasará por la definitiva formación de gobierno en España, y si las previsiones son las que son, me temo que tendremos además de los problemas externos globales nuestros propios problemas internos y que afectarán de lleno a nuestra ya desacelerada economía. Un gobierno del PSOE con Unidas Podemos y apoyado por las fuerzas separatistas y nacionalistas, alejaría aún más, la inversión extranjera de nuestro país como ya comentamos en el artículo de Diciembre “Bye Bye Mr, Marshall”.
Puede ser un año de sustos en muchos frentes y con cambios importantes en los factores de la ecuación (tipos de interés, política fiscal…). Así que, toca volver a vigilar muy de cerca los eventos a corto plazo para tomar decisiones en la primera parte del año en nuestras inversiones. De momento la liquidez es buena consejera, a la espera de confirmación y consolidación de potenciales eventos. No hay que precipitarse y esperar a poder analizar con tranquilidad las situaciones a las que nos enfrentaremos.
Espero que hayan disfrutado de unas estupendas Navidades y que el nuevo año 2020 sea mucho mejor que el 2019 y traiga todos sus deseos cumplidos. Si se han portado bien, los Reyes Magos les colmarán de regalos y buenas noticias el 6 de Enero. Les deseo mucha felicidad, salud y suerte.
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Álvaro Shares es un licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por el CEU y la Universidad Autónoma de Madrid, que ha sobrevivido a 31 años de experiencia en la bolsa española, en firmas de primera fila del sector financiero como JP Morgan o BBVA, entre otras. Desde el año 86 ha visto y seguido la evolución del profundo cambio que han sufrido los mercados hasta la actualidad. Desde el crash del 87 hasta el Brexit del 2016, así como la evolución tecnológica y el desarrollo de nuevas alternativas de inversión, siempre de la mano de los principales inversores nacionales e internacionales. Mucho mundo a sus espaldas y muchos viajes con los principales directivos de las compañías españolas. Y con ganas de seguir aprendiendo.