Aquellos que tenemos memoria y trabajamos en el sector financiero intentando atraer inversiones al mercado español, no se nos olvida que a raíz de la aparición del movimiento del 15M o movimiento de los indignados, allá por el año 2011, y la posterior aparición de partidos de izquierda radical como Podemos, se generó un rechazo por parte de los inversores internacionales, especialmente americanos, en sus inversiones hacia España.
Desde que Podemos se presentó a las elecciones europeas de 2014 consiguiendo 5 eurodiputados y después en las Generales españolas de 2015, consiguiendo 69 diputados y el 20.68% de los votos, la amenaza creciente de que el populismo pudiese llegar a alianzas de gobierno, provocó un parón de las inversiones extranjeras en bolsa y en activos españoles durante casi tres años.
Durante ese tiempo, aún a pesar de visitar de forma recurrente a los inversores americanos para presentarles proyectos de inversión en España así como acompañando a los directivos de compañías cotizadas del IBEX a sus reuniones con potenciales accionistas, el flujo inversor hacia el mercado español se vio seriamente dañado por la inestabilidad política que generaba la presencia del populismo. El caso de la crisis griega flotaba en la mente de los inversores y el perjuicio que hizo en su economía y a las inversiones en el país. Desde la quiebra de Lehman, en 2008, los inversores han aumentado su prudencia y cualquier mínima razón es suficiente para poner en cuarentena las inversiones en zonas con turbulencias políticas, sociales y económicas. A la inversión no le gusta la incertidumbre ni la inestabilidad.
«La amenaza creciente de que el populismo pudiese llegar a alianzas de gobierno, provocó un parón de las inversiones extranjeras en bolsa y en activos españoles durante casi tres años.»
En la prensa económica ya alertan de que la inversión americana podría empezar a huir del mercado español si el nuevo gobierno de coalición modifica las condiciones fiscales de las ETVE, que son el vehículo que usan inversores y empresas de EEUU y Canadá para gestionar sus inversiones en Latinoamérica desde España (Expansión 20/11/19). Sirva de referencia la cifra récord de casi 53.000 millones de dólares de inversión extranjera bruta en España en 2018, de los cuales unos 6.000 millones están relacionados con las ETVE. Esta cifra ascendió a 13.000 millones en 2017, y ahora sufrimos la tendencia a la baja (datos del Ministerio de Industria).
La inversión extranjera productiva o directa (descontando operaciones de cartera) en España ha tenido una evolución creciente desde los 4.000 millones de euros recibidos en 2009 hasta tocar la cifra histórica de 27.900 millones de euros en 2018. Sin embargo, en el primer semestre de 2019 ha caído un 61% hasta los 10.301millones de euros, registrando el peor dato desde el año 2016 (cifras de la Secretaria de Estado de Comercio). El dato del segundo trimestre de 2019 es todavía más desalentador, con una caída del 82% hasta los 3.660 millones de euros. Si descontamos las desinversiones la caída aumenta al 92%. Algo bastante alarmante.
Si miramos las estadísticas de acciones en manos de no residentes en empresas cotizadas, observamos que desde el año 1992, donde representaban el 30.6% del valor de mercado de dichas empresas, fue creciendo hasta el 40.1% del año 2009 y luego bajar al 39.2% en 2010 y estancarse en esas cifras en el periodo del 2011 al 2013. Fue a partir de 2013 cuando empezó a recuperarse hasta tocar el máximo histórico del 48.1% en 2018.
Al margen de los no residentes, la propiedad de acciones en manos de las familias pasó del 24.4% en 1992 al 17.2% en 2018 (mínimo histórico) así como la propiedad de Bancos y Cajas que pasó del 15.6% en 1992 al 3% en 2018 (mínimo histórico) y el de las Administraciones Públicas que cayó del 16.6% en 1992 hasta el 3.3% de 2018. Sólo las empresas no financieras aumentaron su peso desde el 7.7% de 1992 hasta el 20.5% en 2018, junto a los no residentes como acabamos de comentar. El peso de la propiedad de la bolsa ha recaído claramente en la inversión extranjera.
Es curioso destacar quienes gobernaban en aquellos periodos de tiempo. El Partido Popular gobernó entre 1996-2004 y 2011-2018, mientras que el PSOE gobernó desde 2004-2011 y ahora desde 2018. Los datos demuestran que la inversión extranjera prefiere gobiernos moderados de centro-derecha a gobiernos de izquierda, sobre todo si estos últimos están apoyados por partidos populistas y de sesgo independentista.
Un claro ejemplo de los efectos negativos que provoca el populismo en la confianza inversora, se ve claramente en lo que está ocurriendo en Cataluña y el impacto que está teniendo en su economía e imagen a nivel internacional.
Comparando las inversiones recibidas por la Comunidad de Madrid y las de Cataluña, las cifras benefician de una forma clara a Madrid, por la inestabilidad que está generando el procés. De un total de 49.000 millones de euros de inversión extranjera bruta que recibió España en 2018, el 85% fueron a Madrid comparado con un 6% que llegaron a Cataluña. En cifras absolutas, Madrid recibió casi 42.000 millones de euros mientras Cataluña poco más de 3.000 millones de euros el año pasado. En el primer semestre de 2019, Madrid recibió el 64% de la inversión extranjera frente a un 12% de Cataluña. Desde el recrudecimiento del procés, a partir de 2014, y especialmente en 2017 cuando se empieza a gestar el golpe independentista, y tras el 1-O, la inversión extranjera en Cataluña se desplomó un 64% mientras que en Madrid aumentaba un 259% llegando a máximos históricos en 2018.
«De un total de 49.000 millones de euros de inversión extranjera bruta que recibió España en 2018, el 85% fueron a Madrid comparado con un 6% que llegaron a Cataluña.»
Recientemente el PP y el departamento de análisis del BBVA han publicado sendos informes sobre el impacto económico que el procés está teniendo en Cataluña. A modo de resumen, el crecimiento del PIB catalán para el cierre de 2019 se estima en 1.8% comparado con la estimación de Junio del 2.2% y será 4 decimas menor hasta el 1.6% en 2020 es decir, unos 400 millones de euros de impacto en términos absolutos por año. La caída en el gasto en tarjetas ha sido del 5% y el de los turistas del 15%, desde que se publicó la sentencia del procés. Tanto la creación de empleo, como el consumo y la industria se han visto afectados por la situación. Se calcula que se han dejado de crear unos 30.000 puestos de trabajo aproximadamente. La posibilidad de que SEAT pudiese abandonar la producción en Martorell está encima de la mesa si los disturbios continúan, como así ha manifestado su Presidente en España. Las pérdidas del sector de transportes por carretera por los bloqueos de la frontera y las autopistas son cuantiosas, además de recrudecer el malestar de la población y provocar una ruptura social cada vez mayor.
Los movimientos populistas como el independentismo en Cataluña y la amenaza creciente de un gobierno apoyado por la extrema izquierda, hace que la inversión se dirija a otros países con más estabilidad política y menos incertidumbre regulatoria y social.
Podríamos comparar muchos más datos, como puede ser las tasas de paro registradas en los diferentes periodos de tiempo así como la tendencia en la creación de empleo, indicadores de la industria, impacto en el sector servicios, transacciones en el sector inmobiliario… etc. En todos los casos llegaríamos a la misma conclusión.
En unos días nos enfrentamos a la posibilidad de un gobierno del PSOE con Unidas Podemos para los próximos cuatro años, que necesitará además el apoyo de partidos separatistas e independentistas para sacar adelante la investidura y los presupuestos. Las últimas elecciones han dejado un Parlamento todavía más fragmentado y con la presencia adicional de partidos claramente regionalistas como son la CUP, BNG, PRC, Teruel Existe y Más País con un total de siete escaños y casi un millón de votos. Ese gobierno, al que se ha llamado “Frankenstein”, es probablemente la peor opción en este momento para la economía española y para el momento social en el que vivimos donde se está viendo amenazada la unidad nacional, la propia Constitución Española e incluso la Monarquía Parlamentaria.
«Ese gobierno, al que se ha llamado “Frankenstein”, es probablemente la peor opción en este momento para la economía española y para el momento social en el que vivimos…»
El rápido y sorpresivo anuncio de Pedro Sánchez (que no el PSOE) de un acuerdo de gobierno con Unidas Podemos tras las elecciones, generó un efecto inmediato en la bolsa española con caídas del 3% en el IBEX, y sobre todo con caídas cercanas al 10% en la mayoría de los bancos, que ascendieron a 6.600 millones de euros en dos días. De hecho, el IBEX35 sigue rezagado en revalorización anual sobre el resto de mercados europeos y americanos, en un año muy bueno para las bolsas y que es una pena que no se haya podido aprovechar .
Ya son muchas las asociaciones empresariales y sectoriales que avisan del negativo impacto que tendría la formación de un gobierno PSOE-UP. Incluso las agencias de rating y la propia UE avisan de la debilidad de dicho gobierno así como las consecuencias económicas que tendrían la aplicación de las medidas presentadas en sus respectivos programas.
Desde la anunciada subida de impuestos, pasando por la revisión de la reforma laboral, la indexación de las pensiones al IPC, la subida adicional del SMI, la aplicación de tasas a transacciones financieras y tecnológicas, impuesto especial para la banca e hidrocarburos, intervención en el mercado de alquiler de viviendas, acabar con las ventajas fiscales de las Socimis… son muchas las medidas que se pretenden aprobar y que serían muy perjudiciales para la economía española en un momento de rápida y sincronizada desaceleración. Ya se ve una caída en la tendencia de creación de empleo que amenaza una subida del paro, ya de por sí en tasas que doblan a la media europea, actualmente del 14.2%. Recordemos que con gobiernos socialistas las tasas de paro han aumentado llegando a los máximos históricos. La etapa de Zapatero dejo una tasa del 26.3%, que heredó el PP cuando se negó la crisis por la que pasaba la economía española, y que con el gobierno popular se redujo hasta el 16.4%. Con Sánchez en el gobierno después de la moción de censura a Rajoy, y con la reforma laboral realizada por el PP y la inercia de la economía, la tasa se ha reducido hasta el 14.2% actual. Sin embargo, a lo largo del año 2019 la tendencia de creación de empleo se está desacelerando rápidamente y las últimas cifras de la EPA han sido francamente preocupantes. No auguran nada bueno.
«Son muchas las medidas que se pretenden aprobar y que serían muy perjudiciales para la economía española en un momento de rápida y sincronizada desaceleración.»
En materia de propuestas del nuevo posible gobierno, no quiero aburrirles con todas las medidas de los programas de ambos partidos, ya que les han bombardeado con ellas en los últimos días y las hemos comentado en artículos anteriores.
Lo que es evidente es que la preocupación por la situación política, social y económica de España va en aumento dentro y fuera de nuestras fronteras. Sobre todo en un momento de clara desaceleración económica donde estamos perdiendo la posición de privilegio y la inercia que hemos disfrutado en los últimos años. Lejos de aprovechar esa posición y hacer reformas necesarias para mantenerla, nos hemos dedicado a ir a elecciones sin conseguir ningún resultado positivo, además de dejarnos llevar por una tendencia de crecimiento que se iba debilitando. Hemos perdido la oportunidad de hacernos más fuertes en la UE y reclamar la posición que nuestro país se merece y se ha ganado a pulso. Han sido muchos los esfuerzos y reformas realizadas por los ciudadanos y las empresas tras la grave crisis sufrida, que no han visto reconocimiento en la UE.
Los constantes avisos de Bruselas a España por la posibilidad de incumplimiento del déficit público, financiación de las pensiones y reducción de la deuda pública, llegan cada vez con más intensidad. El gobierno ha presentado un programa de estabilidad con grandes lagunas y desviaciones, y con unos gastos sociales que no están justificados por los ingresos. Se pide con urgencia un gobierno estable, un presupuesto creíble, así como reformas urgentes del sistema de pensiones y de la Seguridad Social, problema estructural de la economía española que debería de ser objetivo prioritario en cualquiera de los programas de los partidos políticos.
Es imposible predecir si al final saldrá ese gobierno PSOE-UP. Hay muchas sombras todavía en el camino hasta la formación de gobierno. Pero una cosa creo que está clara. Si sale ese gobierno, la economía española se resentirá gravemente y la credibilidad fuera de nuestras fronteras se deteriorará muy seriamente.
A los inversores internacionales no les tiembla el pulso a la hora de decidir salirse de un país. Toman decisiones muy rápidamente. Ya lo avisó el responsable de Blackstone en España recientemente en una entrevista y son muchas las voces de expertos económicos que levantan las alarmas. Los políticos deberían escuchar más a los agentes económicos y a los responsables de crear empleo en el país, y no sacrificar la economía por un sillón en el gobierno o un Ministerio. Hay que exigirles responsabilidad en un momento delicado no sólo de la economía española y de la situación social, sino también por los problemas a los que nos enfrentamos a nivel internacional.
Ya recomendé en mi último artículo aprovechar el último empujón de las bolsas de estos días, para aumentar la liquidez y ponernos en posición “wait and see”, hasta ver qué ocurre en el panorama político nacional e internacional y esperar el momento más adecuado para volver a tomar posiciones. No olvidemos que tenemos elecciones en Reino Unido y el Brexit por resolver, la guerra comercial algo más calmada pero todavía viva, y muchas revueltas populistas en varios países donde España tiene intereses relevantes como Venezuela, Bolivia, Irán, Colombia, Argentina, México, Hong Kong… por mencionar algunos.
Espero que nuestros políticos estén a la altura y no nos lleven al abismo. Nos guste o no, nuestra dependencia de “Mr. Marshall” es elevada y fundamental para la financiación de nuestra economía. Y ya se ha demostrado que la independencia, no es la mejor solución en un mundo cada vez más globalizado y digitalizado, siempre por supuesto sin perder nuestro carácter español y nuestra estupenda forma de vivir la vida. Sigamos siendo acogedores para nuestros visitantes e inversores, que nos va mucho en ello.
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Álvaro Shares es un licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por el CEU y la Universidad Autónoma de Madrid, que ha sobrevivido a 31 años de experiencia en la bolsa española, en firmas de primera fila del sector financiero como JP Morgan o BBVA, entre otras. Desde el año 86 ha visto y seguido la evolución del profundo cambio que han sufrido los mercados hasta la actualidad. Desde el crash del 87 hasta el Brexit del 2016, así como la evolución tecnológica y el desarrollo de nuevas alternativas de inversión, siempre de la mano de los principales inversores nacionales e internacionales. Mucho mundo a sus espaldas y muchos viajes con los principales directivos de las compañías españolas. Y con ganas de seguir aprendiendo.