Hoy, a la vista de lo que está sucediendo en las últimas horas en Venezuela, recuerdo la conversación entre Humpty-Dumpty y Alicia en el libro de Lewis Carroll:
—No sé lo que quiere decir con eso de la “gloria”, observó Alicia.
Humpty-Dumpty sonrió despectivamente.
—Pues claro que no… y no lo sabrás hasta que te lo diga yo. Quiere decir que “ahí te he dado con un argumento que te ha dejado bien aplastada”.
—Pero “gloria” no significa “un argumento que te deja bien aplastado”, objetó Alicia.
—Cuando yo uso una palabra –insistió Humpty-Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso–, quiere decir lo que yo quiera que diga…ni más ni menos.
—La cuestión –insistió Alicia– es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
—La cuestión –zanjó Humpty-Dumpty– es saber quién es el que manda… Eso es todo.
Estos últimos días, estas últimas horas, en Venezuela parece que están moviéndose los centros de poder, las fuerzas, en todos los sentidos. Y digo en todos. Como decía el gran Cantinflas, ahí está el detalle.
Hace exactamente dos años, la Asamblea Nacional Venezolana (AN) declaró un vacío de poder en el Ejecutivo Nacional, es decir, en la Presidencia de la República de Venezuela. Por lo que se cumple uno de los tres requisitos del artículo 233 de la constitución nacional de 1999 (CRBV). Cuando esto se produce el Presidente de la AN ES quien asume la Presidencia en calidad de “encargado”; me refiero al ahora ya famoso Diputado Juan Guaidó
¿Qué faltaría, qué debería ocurrir, para terminar de dar por hecho esta investidura? Básicamente el juramento, su juramento, ante la propia AN y ante el pueblo venezolano. No es que se auto declare, proclame, como tal, sino que está dentro del ejercicio de sus funciones, por lo que no existe “vacío de poder” sino usurpación del mismo por parte de Nicolás Maduro.
Sin embargo la situación es bastante compleja si recordamos las posiciones “poco firmes” por parte de los “líderes” de la oposición, muchos de los cuales han jugado con dos barajas, en ambos bandos, ayudando a instaurar el caos y la total consolidación de la dictadura comunista en el país. Quizá por esa razón, a lo largo de los últimos dos días, estos “líderes” se han mantenido en riguroso silencio mientras Guaidó, casi en solitario, efectuaba una declaración de principios frente al pueblo de Caracas. Pero es importante recordar, y lo repito, Guaidó como Presidente de la Asamblea, DEBE asumir en el ejercicio de su cargo la aplicación de la CRBV y, por lo tanto, la Presidencia de la República hasta la elección de un nuevo presidente.
El país sin duda tiene miedo. Miedo a nuevos asesinatos, miedo a la terrible represión, miedo a ser encarcelado y olvidado en las mazmorras del SEBIN, como ocurre con tantos. Las personas tienen miedo a tan siquiera opinar, señalar con quién están y cómo deberían actuar los Diputados. A este mismo pueblo ahora se le exige que vuelva a las calles, donde ya estuvo durante meses; calles en las que asesinaron a más de 150 de sus hijos, tendidos en el asfalto, mientras la comunidad internacional, como público espectador de fondo, horrorizada ante el drama, se entregaba a proclamas y declaraciones de intenciones pero sin mover un dedo. Venezuela, con cientos de miles de jóvenes en primera línea, enfrentó la tiranía y abjuró de ese régimen, por lo que también se aplicó, de facto, el artículo 350 de la propia constitución.
Si algo me inquieta sobremanera de la intervención de Guaidó del día de ayer, es que mencionó la necesidad del chavismo en el futuro político inmediato de Venezuela; así mismo señaló que quien pierda unas posibles elecciones no tiene que ir a la cárcel. Quisiera darle el beneficio de la duda al Presidente Encargado, en funciones. Tal vez a alguien no le quede del todo claro que estamos frente a un régimen mafioso, con delitos de lesa humanidad y que Él, como cabeza del Ejecutivo y del Legislativo no tiene potestad alguna como Poder Judicial.
Pero cuidado… Guaidó no es nuevo en el cargo de Diputado ante la AN, pues fue elegido junto a sus compañeros en diciembre de 2015. Y por si esto no fuera lo suficientemente alarmante, al terminar de escribir estas líneas leo un tuit de la propia AN donde mencionan a Juan Guaidó como “Diputado” y no como Presidente Encargado. Muy probablemente jueguen a mantener esa aparente anarquía en la vive Venezuela, con los «pranes» en las calles y el “juego” de la desinformación, donde no se sabe exactamente qué ha pasado, quién debería ocupar el despacho de Miraflores y qué pasará en las próximas horas. En esto son claves los nombres de quienes acompañan a Juan Guaidó en esta reciente directiva de la AN, representantes de esa conveniente y sempiterna oposición, la «MUD» (Mesa de la Unidad Democrática), ahora casualmente “MUDa”.
Sin duda alguna, tras leer unos cuantos análisis, los propios artículos de la CRBV y los argumentos de amigos conocedores del tema, me percato, como muchos de mis compatriotas, que esto es bastante más complicado de resolver que la mera explicación.
En este juego de ajedrez, tristemente, “los buenos” no somos los dueños del tablero. Lo único cierto en todo esto, es que una tiranía que se sustenta en la estructura criminal del narcotráfico, y que tiene como brazo armado a las FARC y al ELN, forma parte fundamental del Foro de São Paulo —que ha seguido a pies juntillas la receta del comunismo, un sistema que ha sembrado el terror y la muerte allí donde se ha implantado— y solo podrá ser desalojada del poder con el apoyo de la comunidad internacional. Y no con palabras, sino con hechos, militarmente.
Carolina Rodríguez Cariño
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Carolina Rodríguez Cariño
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Hispanovenezolana, con la suerte de nacer y crecer en la Venezuela democrática. Hija de padres docentes, quienes me han dejado como herencia valores, una formación y a creer, enseñar y practicar lo que se enseña. De niña fui testigo de los estudios de Maestría de mi papá y los de mi mamá, que les retomaba con 4 críos pequeños, lo que me permitió aplaudirle a rabiar con solo 10 años, mientras Ella subía al paraninfo universitario. Disfruté de mi casa con su “mata de mango”, de los juegos con mis 3 hermanos y muchos primos, el colegio y la universidad. Aunque en casa se hablaba de matemáticas y teniendo nutrida biblioteca de geografía e historia de mi papá, decidí que mi vida se imbuiría en las ciencias. Así que me gradué Médico Veterinario (UCLA-Venezuela), fui profesora e investigadora en la UCV durante 20 años, parte de los cuales los compartí con la Maestría y PhD en la UAB (mención Cum Laude y Premio Extraordinario de Doctorado). He sido profesora invitada en la UAB y la UdeC en Chile. Actualmente en España con marido e hijo, quereres compartidos y con Cuba entremedio; formando parte del grupo de patología de IDEXX laboratorios.
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