Dice Elsa Artadi que organizar un Consejo de Ministros en Barcelona es una provocación. Teletorra insiste en que “quizá sea una provocación”. Todo el mundo opina. Pues yo también.
Creo que originalmente hacer un Consejo de Ministros en Barcelona era más una estrategia que obedecía a las ideas del Dr. Sánchez presidente, ese supuestamente ajeno al Sánchez de la oposición, que apoyó y suavizó el 155 descafeinado de Rajoy. Yosoyelpresidentedegobierno en algún momento habrá pensado que era un buen mimo a los que lo pusieron en la silla desplazarse a Barcelona. Esto sería antes de estar seguro, como está ahora, de que esos que viven como Dios a base de chuparle la sangre a un país al que aborrecen no van a apoyar los presupuestos Generales del Estado, y no porque él no haya intentado hacer méritos, sino porque le falló el cálculo. Al fondo se vislumbran elecciones, y aunque no le acepten la visita como palmadita en el lomo, ahora ya no puede recular.
Habrá que reconocerle al del espejito-espejito que siempre encuentra salidas a situaciones imposibles. Mírenlo, su propio partido lo había destituido de la jefatura socialista y ahí lo tenemos batiéndose el cobre en el Congreso con una tesis plagiada a cuestas y volando en Falcon. Si en realidad es el «puto amo».
«Si no hace el Consejo de Ministros del día 21 en Barcelona, Torra y sus secuaces se van a reír de él hasta echar por la nariz los batidos proteicos de la huelga de hambre fake.»
El caso es que ya no puede recular, porque si no hace el Consejo de Ministros del día 21 en Barcelona, Torra y sus secuaces se van a reír de él hasta echar por la nariz los batidos proteicos de la huelga de hambre fake. Como ya no queda otro remedio y de todas maneras las elecciones vienen a paso ligero, qué mejor que convertir el más que previsible lío en un segundo acto de campaña. El primero fue el de la «perorata constitucionalista» del Congreso de los Diputados que parecía hecha por Sánchez antes de ser presidente y no se la creyó ni Begoña.
A estas horas la crisis de identidad entre el yopresidentedegobierno enrollado, dialogante y de reacciones proporcionadas y ecuánimes, y el yocandidato que ha perdido el apoyo constitucionalista y ha pisoteado la confianza de los españoles no se arregla ni con medicación ni con un Consejo de Ministros. Pero él lo intenta.
Me aventuro a afirmar que su idea es: “como hay que ir, se va”, y si se lía, que se líe; se reacciona llevando Policía Nacional por un tubo, defendiendo el derecho del Gobierno a presentarse en cualquier lugar de España, y el derecho de los catalanes a verse representados por el Estado; se detiene un rato a cuatro iluminados folloneros y se garantiza la libre circulación de personas, a ver si así los ciudadanos desmemoriados le perdonan al candidato haberse asociado con el golpismo tresporcentista, inmersor y secesionista, contra los intereses nacionales.
Ir, irán, y si se ha de liar, que se líe, porque no hay más remedio. Pero apuesto por que al «puto amo» le sigan fallando los cálculos. Haber hecho números con los de la panda de “One flew over the Mocho’s nest” es lo que tiene.
Puedes seguir a Yael Borkow en su blog personal «Ideas Sueltas de una afortunada»

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